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Iberdrola cede: venderá al gobierno la mayoría de sus activos en el país
Tras dos años de pláticas, una reforma eléctrica y ataques verbales de por medio, la española aceptó desprenderse de 13 plantas, que le permitirán a la CFE volver a detentar más de 50% de la capacidad generadora del país.
Iberdrola, que durante más de 20 años ha sido la privada con mayor generación de electricidad en México, firmó este martes un convenio con el gobierno mexicano para venderle 13 plantas con una capacidad de 8,539 megawatts que son el 77% de los activos de la española en el país.
La transacción valuada en 6,000 millones de dólares que serán aportados por el Fondo Nacional de Infraestructura de México (Fonadin) y otras entidades financieras públicas vinculadas con el gobierno de México, equivalente a su vez a casi 10% de la capacidad total de energía en el país, y a más de 40% de la energía instalada por privados.
La confirmación y detalles de esta transacción las dio a conocer en una transmisión en vivo el presidente Andrés Manuel López Obrador, desde Palacio Nacional acompañado de Ignacio Sánchez Galán, CEO de Iberdrola, además de Enrique Alba, director general de la española en México además de Manuel Bartlett, director general de la CFE, Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, y el subsecretario de este organismo, Gabriel Yorio.
Previo al anuncio de este acuerdo, Iberdrola México y Mexico Infrastructure Partners (MIP) confirmaron el acuerdo de intenciones por el que el fideicomiso liderado y gestionado por MIP adquirirá, 8,539 megawatts de capacidad instalada: 8,436 megawatts corresponden a ciclos combinados de gas y 103 megawatts, a eólicos. Esto planteó el principio de la venta de sus activos al gobierno.
En concreto, laa plantas generadoras que pasarán a manos de la CFE son ciclos combinados de gas, que operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía (PIE) cuya venta de electricidad se dirige únicamente a la estatal, que apalancó su construcción. Bajo este esquema, están entonces las centrales de Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California, Topolobampo II y Topolobampo III.
Iberdrola informó también que se deshace del parque eólico La Venta III, que también es PIE. Así, los activos en esta modalidad son el 87% del total de la capacidad instalada a desinvertir.
Además, Iberdrola vende también los ciclos combinados de gas privados de Monterrey III y IV, Tamazunchale II y Enertek.
De este modo, la ibérica deja 12 plantas de ciclo combinado que se encuentran ubicadas en los estados de Baja California Norte, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa y Tamaulipas. Se vende también a la CFE una planta de energía eólica, ubicada en Oaxaca. La inversión que realiza el Estado representa un pago promedio de 696,000 dólares por megawatt, que se encuentra a niveles de mercado, informaron.
“El valor acordado para la venta asciende a, aproximadamente, 6,000 millones de dólares, que podría modificarse en función de la fecha de cierre de la transacción y otros ajustes”, explicó Iberdrola en un comunicado, “la transacción está sujeta al acuerdo y a la firma de los contratos definitivos por las partes, así como a la obtención de las aprobaciones regulatorias necesarias y al cumplimiento de determinadas condiciones habituales en este tipo de operaciones”.
En 2022, Iberdrola generó en México un volumen de 55,938 gigawatts hora, con un incremento anual de 3% en relación con el año anterior. Con esto, México fue hasta el año pasado su segundo mayor mercado, seguido únicamente de España, donde generó 1.7% más energía.
La importancia de México para la empresa ha sido un, con una capacidad instalada de 11,197 megawatts, que incluso aumentó 4.8% en términos anuales el año pasado, el mercado mexicano representó 34% de la generación de la firma en el mundo, por encima de Estados Unidos, Reino Unido y Brasil.
Incluso en 2017 la firma anunció en México que pretendía que su producción en este país superara a la de España, luego de que con inversiones de 25,000 euros en 10 proyectos que se encontraban en construcción, superaría el volumen de los 10,000 megawatts instalados. En su reporte al tercer trimestre del 2020, la ibérica superó esta meta, con una capacidad instalada en el país de 10,000 megawatts.
Pero al ser el mayor generador privado en el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó a señalar a esta empresa como la que mayores beneficios obtuvo por parte de las administraciones anteriores y la reforma energética. Así que, desde primer ejercicio de esta administración, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán dijo en conferencia con inversionistas que la firma no continuaría invirtiendo en México “si el gobierno mexicano no quiere”.
Con presencia desde hace 20 años en el país, la española llegó a una capacidad instalada de 11,197 megawatts repartidos en hasta 20 centrales de ciclo combinado, parques eólicos y fotovoltaicos en 15 estados. De esta capacidad, casi 57% ha correspondido a la que se ha adjudicado mediante contratos de largo plazo para venta exclusiva a la CFE como productor independiente de energía. Pero además, 26% tuvo permisos de autoabasto hasta antes de que iniciaran los intentos de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, enfocados en buena medida a desaparecer la operación de Iberdrola y sus socios que no pertenecían a las mismas empresas y tenían más un papel se clientes minoristas, lo que está prohibido en México.
Reacción de analistas
Con venta de activos, Iberdrola avanza hacia sustentabilidad
La decisión de vender al gobierno el equivalente a 77% de la capacidad que Iberdrola tiene en México no representa la salida de la empresa del país sino un avance hacia la conclusión del régimen previo a la reforma del 2014, que dejó inconsistencias señaladas por la presente administración, lo que realmente significa mayor certidumbre para inversionistas en el país y para la ibérica, más rapidez rumbo a sus metas de generación renovable, afirmaron especialistas e involucrados en el tema.
Víctor Ramírez Cabrera, especialista en derecho energético, detalló que Iberdrola no deja del país porque no son todos sus activos los que acordó vender, sino sólo ciclos combinados y una planta eólica de las primeras que se instalaron en el país, en Oaxaca.
Es decir, la española vende sus plantas productoras independientes de energía a la Comisión Federal de Electricidad, que de cualquier manera compraba a costos que resultarán mejores para el Estado y no tan rentables ya para Iberdrola. También se deshace del eólico La Venta III, en Oaxaca, que tiene menor eficiencia que sus nuevas instalaciones. En tanto, se queda con el resto de su capacidad eólica y solar en el país.
"O sea, Iberdrola se convierte en Mexico en una empresa limpia en materia de energía. Sin emisiones. De hecho, es la apuesta desde hace rato", aseguró Ramírez Cabrera en su cuenta de Twitter.
Ante el anuncio, Rocío Nahle, titular de Energía, celebró la compra de activos del Estado ante la venta de Iberdrola. Desde el 2020, Nahle señaló que el autoabasto legado, donde según ella los generadores no pagaban transmisión al Estado si eran renovables y añadían clientes como socios, y los productores independientes de energía obtenían mejores condiciones tarifarias con plantas depreciadas, constituían una evidente daño al erario y el mayor detentor de estos contratos era Iberdrola.
"El anuncio del presidente @lopezobrador_ sobre la adquisición de las plantas de Iberdrola en México fortalece a la @CFEmx pero otro punto muy importante, se avanza en consolidar nuestra soberanía energética", aseguró Nahle en su cuenta de Twitter.
Las pugnas entre la administración de López Obrador e Iberdrola empezaron desde el primer año de mandato. Apenas en noviembre pasado, Iberdrola anunció que dejó fuera de su foco de interés regional a México e invertirá 47,000 millones de euros entre 2023 y 2025 de los cuales, la mitad irá para EU.