Industria de la confección en México pide retorno de actividades; en riesgo 30% de su plantilla laboral

La industria de la confección en México, principal proveedor de ropa a Estados Unidos en Latinoamérica, urgió al gobierno federal y a las autoridades de salud, que permitan el retorno de las operaciones —a la brevedad— pues se encuentran en estado de la insolvencia de pagos, con el compromiso de preservar las medidas sanitarias como ya se realiza en los sectores esenciales.

"Necesitamos urgentemente regresar a trabajar, ya que la industria no se encuentra en posibilidad de pagar un mes más los sueldos", demandó la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive), al afirmar que tras un mes de parálisis laboral se enfrenta a la caída del 95% en sus ventas.

A través de un comunicado, la industria que forma parte de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), estima que la pérdida de la planta productiva en el rubro de la confección puede alcanzar una pérdida de más del 30% de su plantilla laboral, siendo las mujeres una mayoría de sus empleados.

Entre los factores que han presionado de manera significativa al sector del vestido-confección, se encuentran la suspensión temporal, y en algunos casos definitiva, de pedidos de los retailers, así como la suspensión temporal de compras de prendas de vestir por parte del consumidor final.

Además de la reacción tardía de la autoridad para apoyar la reconversión de las empresas nacionales, para la proveeduría de insumos y productos sustituyéndola en un principio por insumos y productos importados.

Dichos factores, dijo la Canaive, provocan que "las empresas que siguen operando, operen a niveles cercanos al 20% de su capacidad instalada, no así las empresas que se encuentran cerradas al 100%, de conformidad con los distintos acuerdos de la Secretaría de Salud, algo nunca antes visto en la Industria. Esto puede provocar el cierre y el consecuente despido de una gran parte de la planta productiva en nuestro país".

México es el mayor exportador de ropa hacia el mercado estadounidense de Latinoamérica, y el sexto a escala global. De acuerdo con datos de la industria, en el 2019, la industria nacional comercializó prendas de vestir a Estados Unidos por un valor de 6,400 millones de dólares anuales.