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La importancia de los sistemas especiales en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México
El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) es un proyecto de gran envergadura que actualizará al actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el cual es hoy el más activo de América Latina, con el transporte de 44.7 millones de pasajeros en el 2017.
La primera fase del NAICM (Fase I) está programada para ser inaugurada antes del 20 de octubre del 2020 y consistirá en una terminal principal con tres pistas independientes que brindarán servicio hasta a 68 millones de pasajeros al año. La construcción de NAICM inició en el 2016 y es administrada por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
La visión del NAICM es ser un aeropuerto que utilice Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como un habilitador subyacente para integrar múltiples dimensiones como la gobernanza, la seguridad, la educación, el crecimiento industrial, los servicios públicos, la economía y la equidad social. Al igual que en todos los aeropuertos de nueva creación, el diseño y la construcción de estos sistemas es una tarea compleja, considerando que éstos permearán en la operación y la seguridad del NAICM por muchos años. Un reto adicional que añade complejidad al proyecto es que estos sistemas tecnológicos requerirán de una amplia integración y varias rondas de actualización cada tres a cinco años, de acuerdo con los expertos.
A manera de ejemplo, basta pensar en el primer teléfono inteligente iPhone, en el 2007, y en cuántas nuevas aplicaciones y actualizaciones se llevaron a cabo en los últimos 10 años para ofrecer las últimas capacidades, como la automatización inteligente y los servicios de telefonía 4G / LTE.
En un aeropuerto de magnitudes como las del NAICM, una falla en un sistema (crítico) de TI o un corte de energía podría causar la cancelación de cientos de vuelos y dejar decenas de miles de pasajeros varados al día. De manera similar, una falla en una aplicación o un error de configuración del software podría provocar que los sistemas de seguridad fallen, que los pasajeros pierdan sus vuelos o que el aeropuerto se vea expuesto a ataques de hackers y de software malicioso como el ransomware.
Las implicaciones de errores en los sistemas de pasajeros, aduanas, circuito cerrado de televisión, comunicación segura y otros implican riesgos en la seguridad e integridad del nuevo aeropuerto, quizá aún mayores que los de un defecto en la construcción. Estos accidentes podrían tener un impacto económico de hasta 20,000,000 millones de pesos por incidente, sin mencionar el riesgo en la seguridad nacional que el GACM recibiría por tales incidentes. Dos tercios de estos problemas se relacionan con aspectos como un diseño desactualizado, deficiencias en la construcción, procesos operativos faltantes o inconsistentes, configuraciones inadecuadas e infraestructura poco robusta.
Derivado del impacto de los sistemas de TI en la operación y de las lecciones aprendidas en otros aeropuertos recientemente inaugurados en el mundo, el GACM ha emitido la licitación IO-009KDH999-E6-2018 “SERVICIOS DE CONSOLIDADOR DE SISTEMAS INDEPENDIENTES (CSI) PARA EL NUEVO AEROPUERTO INTERNACIONAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO” para abordar con un enfoque global los requerimientos para el diseño e integración de sistemas críticos de tecnología. El GACM se encuentra actualmente en proceso de evaluar tres propuestas, una empresa europea y dos empresas estadounidenses, para seleccionar el CSI, esperando anunciar el viernes 18 de mayo quién diseñará el NAICM como el aeropuerto más inteligente, sostenible y avanzado en materia social y tecnológica en el mundo.
Ross & Baruzzini, una de las firmas estadounidenses participantes en la licitación del CSI, es una compañía única que llama la atención por su alta especialización y comprobada experiencia. Fundada en 1953, la compañía comenzó a concentrarse en la década de 1980 en tecnología y sistemas de seguridad en aeropuertos, ofreciendo y expandiendo sus servicios especializados de ingeniería en todo Estados Unidos, lo que resultó en contratos en más de 200 aeropuertos, incluyendo 90% de todos los aeropuertos en dicho país, que superan los más de 25 millones de pasajeros al año.
A principios del siglo XXI, la compañía se expandió al nivel internacional y fue seleccionada para diseñar numerosos e importantes proyectos de aeropuertos y seguridad tecnológica, incluyendo al Aeropuerto Internacional New Hamad en Doha, Qatar; el Aeropuerto Internacional El Nuevo Dorado en Bogotá, el cual es famoso por sus sistemas de seguridad; el nuevo Aeropuerto Internacional en Dubai, el más exigente en su funcionalidad del mundo, y el nuevo Aeropuerto Internacional King Abdulaziz en Jeddah, Arabia Saudita, que recibe concentrado a millones de pasajeros en sólo tres días por las peregrinaciones religiosas, mismo que se inaugurará este año; asimismo, con una probada relación con las autoridades norteamericanas de seguridad interior y seguridad en aeropuertos.
Este reconocimiento internacional resultó en la exitosa adquisición de la compañía por parte Dar al Handasah (Dar Group), una firma global de ingeniería dentro de las primeras cinco del mundo y la segunda empresa de consultoría en transporte más grande del mundo, con oficinas ubicadas a lo largo de cada continente.
Como parte de Dar, Ross & Baruzzini tiene todas las ventajas de pertenecer a una gran organización multinacional con amplios recursos a su disposición para, en caso de ser necesario, destinarlos a proyectos de cualquier tamaño y complejidad dentro de su equipo global de aviación. Al mismo tiempo, Ross & Baruzzini continúa brindando satisfacción a sus clientes bajo un enfoque ágil y flexible como su única misión al ser una empresa de ingeniería especializada.
Para el proyecto del NAICM, la empresa planea explotar las habilidades de sus líderes de equipo en aviación para América Latina, ubicados en la oficina sede en Miami, quienes cuentan con amplia experiencia en sistemas especiales en el Caribe, Centroamérica y América del Sur, así como establecer una oficina en la Ciudad de México. La firma también tiene acceso a los servicios de otras oficinas subsidiarias del Grupo Dar en todo México, si es necesario. Estos recursos se pueden extraer de su grupo en la industria del transporte y otras industrias.