Lectura 4:00 min
Las redes 5G no garantizan una renovación masiva de teléfonos inteligentes, afirma GSMA
El 90% de los consumidores en mercados desarrollados tienen un teléfono inteligente, pero de ese grupo, sólo un 40% cree que el nacimiento de las redes 5G los animaría a comprar un nuevo teléfono en el corto plazo.
Los despliegues de redes de quinta generación (5G) no serán un factor determinante para animar a los consumidores a renovar su teléfono inteligente o smartphone, al menos en lo que toca a la comunicación móvil masiva y en el corto plazo, reveló la organización GSMA.
Esa definición remarca que el comportamiento del usuario se centra más en las prestaciones que pueda ofrecerle un dispositivo en particular para resolver sus necesidades, que en las bondades generales que trae consigo la introducción de una nueva tecnología de comunicación.
"Estamos en el comienzo de una nueva era para los dispositivos de consumo que está siendo impulsada por avances en inteligencia artificial, creando un fuerte apetito por productos como altavoces inteligentes, y se abre ahora un nuevo campo de batalla para los desarrolladores de tecnología (…) Pero aunque los smartphones continúan siendo la tecnología de consumo dominante, fabricantes y operadores están buscando en las redes 5G un nuevo capítulo para el crecimiento de los teléfonos inteligentes, a pesar de que nuestra investigación sugiere que aún falta convencer a los consumidores sobre los beneficios de la migración a 5G", consideró Peter Jarich, director en GSMA Intelligence.
Con estas declaraciones, la GSMA, una organización que defiende los intereses de la industria de las telecomunicaciones, enfría las esperanzas de todos los actores de la cadena de valor en el desplazamiento de teléfonos, respecto que se esperarían mejores ventas de esos equipos con la llegada de las redes 5G al mercado y en un momento histórico en que las ventas de smartphones se contraen en prácticamente todo el mundo.
De acuerdo con el informe de GSMA, cerca del 90% de los consumidores en mercados desarrollados de Australia, América y Europa tienen un teléfono inteligente, y en Estados Unidos existen 2.5 smartphones por hogar. Pero de ese grupo, sólo un 40% —el porcentaje más optimista— cree que el nacimiento de las redes 5G los animaría a comprar un nuevo teléfono en el corto plazo. En China y Corea del Sur, donde la existencia de 5G ya empieza a ser una realidad, un 50% de los consumidores estaría dispuesto a renovar su equipo, recogió también la agencia TeleSemana.
GSMA divulgó también que el 54% de los usuarios en países desarrollados espera que las redes 5G ofrezcan velocidades a las ofrecidas por las redes 4G, por lo que estos consumidores esperarían que los operadores se centren en la oferta de planes de servicio con velocidades más elevadas en el arranque de sus redes 5G. “Pero no está claro si los consumidores pagarán una prima para velocidades más rápidas”, dijo la organización.
La encuesta anual de consumidores realizada por GSMA Intelligence a 36,000 personas en 34 países también arrojó que sólo uno de cada cuatro usuarios espera que 5G “brinde nuevos servicios innovadores”, mientras que sólo un 20% estima que las redes 5G marcarán el inicio de una nueva era de dispositivos, lo que lleva a la GSMA a manifestar que aún falta convencimiento sobre lo que es 5G, porque sus beneficios no son todavía entendibles ni visibles para las personas.
En el tercer trimestre de 2019, la consultora IDC previó una baja interanual en las ventas mundiales de teléfonos inteligentes, la tercera al hilo para ese sector. IDC perfiló entonces una baja de 1.9% en las ventas, con una colocación general de 1,37.5 millones de teléfonos y para todo el primer semestre de 2019 auguró un descenso en las ventas de 5.5%, aunque previó que las ventas se podrían compensar en 1.4% con los despliegues de 5G en algunos mercados muy particulares.
A comienzos de 2019, IDC divulgó que toda la región América Latina en su conjunto decreció las ventas de teléfonos en 11% durante el año 2018. México en particular disminuyó las ventas en 4.0% respecto al 2017 y para 2019, la consultora previó que el descenso general se ubicaría entre 2.0 y 5.0 por ciento.