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Maquiladoras brasileñas van a Paraguay por bajos costos laborales
"La industria automotriz de Estados Unidos tiene el mismo asunto con México: están moviendo la producción a un país donde las leyes permiten peores condiciones laborales", dijo Anthony Lisboa, secretario de relaciones internacionales de la Central Única de Trabajadores de Brasil.
Cuando el fabricante de juguetes Estrela decidió trasladar su producción de China a América Latina, invirtió dos millones de dólares para construir una planta. Pero no lo hizo en su país, Brasil, sino en el pequeño vecino del sur, Paraguay.
La fábrica, que se inauguró este mes en la ciudad fronteriza de Hernandarias, se encuentra cerca de un parque industrial de 4,500 hectáreas de empresas brasileñas que producen desde autopartes hasta plástico y ropa.
Las patinetas eléctricas de color azul oscuro ensambladas por una veintena de trabajadores de Estrela en Paraguay son exportadas bajo el régimen de maquila, que permite fuertes exenciones fiscales.
Para Carlos Tilkian, presidente de Brinquedos Estrela, la decisión de abrir la planta de montaje en el pequeño país mediterráneo fue fácil.
"Paraguay tiene factores importantes de competitividad: la energía, la flexibilidad laboral, el costo social sobre los salarios", dijo en una entrevista con la agencia Reuters antes de la inauguración de la fábrica.
"En Brasil sería mucho más caro (instalar la fábrica), no por causa de los insumos, sino por la estructura de impuestos y el altísimo costo financiero que tenemos", agregó.
La compañía planea aumentar la inversión en Paraguay en los próximos años, mientras transfiere el 80% de sus importaciones de China.
Bajo la administración del ex empresario Horacio Cartes, un conservador que asumió la presidencia en el 2013, Paraguay se convirtió en un centro popular para las industrias manufactureras brasileñas, que huyen de impuestos y costos sociales y de la peor recesión en la historia.
El número de maquiladoras casi se triplicó en el país los últimos cuatro años, según cifras oficiales, con inversiones mayormente de Brasil, lo que también ha despertado críticas.
Algunos analistas cuestionan el régimen impositivo flexible para los inversores y muchos brasileños reclaman para sí los puestos de trabajo que se crean en Paraguay.
Anthony Lisboa, secretario de relaciones internacionales de la Central Única de Trabajadores de Brasil, denunció el sistema de "maquila", diciendo que depende de "trabajo esclavo" e indicó que estaba tratando de fortalecer la oposición en Paraguay, un país que carece de la tradición sindical de su país.
"La industria automotriz de Estados Unidos tiene el mismo asunto con México: están moviendo la producción a un país donde las leyes permiten peores condiciones laborales", dijo Lisboa.
Sin embargo, las críticas no parecen afectar a los residentes de Hernandarias, que celebran al unísono la llegada de las fábricas.
"Muchas personas de Hernandarias van a trabajar a Ciudad del Este y muchas se quedaron sin empleo (por la crisis en Brasil). El hecho de que se instalen industrias acá nos va a resultar beneficioso (...) vamos a ganar en calidad de vida", dijo Fabiola Vargas, de 22 años, empleada en una gasolinera.
La ciudad de 80,000 habitantes estuvo siempre eclipsada por su vecina Ciudad del Este, donde brasileños y argentinos compran desde perfumes hasta armas de asalto en el mercado negro. Con las nuevas industrias, Paraguay busca dejar de lado su imagen asociada al contrabando y a las finanzas ilícitas.
Brasil es el segundo mayor inversor extranjero directo en Paraguay detrás de Estados Unidos, con un flujo neto acumulado de 740 millones de dólares en el período 2008-2015 según el Banco Central paraguayo. La inversión en el 2015 fue de 101 millones de dólares.
"Nuestra política ha sido siempre que Paraguay no compita con los empleos en Brasil. Paraguay lo que hace es construir cadenas productivas, donde invertir en Paraguay significa ganar competitividad", dijo el ministro de Hacienda, Santiago Peña.
Políticas a largo plazo
El Gobierno del conservador Cartes, quien asumió la presidencia en el 2013, ha promovido agresivamente en el exterior la Ley de Maquila de 1997, que exime a las industrias de todo impuesto con la excepción de un único tributo de 1% sobre el valor agregado en territorio nacional.
Paraguay también tiene una ley llamada 60/90 que establece incentivos fiscales para la inversión extranjera.
El representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Paraguay, Eduardo Almeida, aplaudió otras iniciativas de Cartes, como una ley que garantiza contratos por 20 años. "Es muy importante que la gente sepa que esto es a largo plazo", dijo.
La mayor exportadora de carne del mundo JBS inauguró el año pasado uno de los frigoríficos más grandes y modernos de América Latina en Belén, una minúscula localidad del norte paraguayo en la frontera con Brasil, con una inversión de 80 millones de dólares.
Será la tercera planta de su propiedad en el país con la que prácticamente duplicará su capacidad de producción de carne vacuna para facturar alrededor de 550 millones de dólares este año, dijo su presidente en Paraguay, Felipe Azarias.
"Lo que más nos motivó de invertir en Paraguay es ampliar nuestro portafolio de producción en un país donde el hato ganadero crece por encima del promedio de la región", señaló.
"Es una economía que crece, tiene políticas claras, una política monetaria estable y esto hace un ambiente súper sostenible y sano para invertir", agregó en referencia al país, que creció 4% en el 2016 y espera una expansión similar este año.
Si bien el salario mínimo es casi igual en ambas naciones, Almeida calculó que el costo de la mano de obra es un 45% más bajo en relación con Brasil y los impuestos que en Brasil son de 36% en Paraguay son de 3.5 por ciento.
El Gobierno de Cartes dijo que creó 21,333 empleos en la industria entre agosto del 2013 y diciembre del 2016, generando cerca de 900 millones de dólares en exportaciones.
Pero a pesar de su contribución a la economía y a la imagen del país, muchos creen que se trata de un matrimonio no tan conveniente para el pequeño Paraguay.
"Mientras más regímenes de excepción como la maquila tengamos o exoneraciones, entonces lo que estamos haciendo es privarle al fisco de algo que la propia inversión extranjera necesita, que es el financiamiento de la infraestructura , dijo Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).
Pese a las críticas, Cartes está comprometido con la política de bajos impuestos para atraer inversiones y no tiene planes de cambiarla.
"Si son tan importantes los empleos ¿por qué no cuidamos bien a los empleadores?", dijo en la inauguración de la fábrica de Estrela. "Ese es el Paraguay en el que yo creo, cuidemos a quienes dan empleo".