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México desarrollará otros mercados telecom con las redes de 5G: Gerardo Mantilla
Las redes de Quinta Generación (5G) permitirán la creación de nuevos mercados de telecomunicaciones, empleo y servicios en México, plantea el analista y ex regulador telecom venezolano Gerardo Mantilla.
Gerardo Mantilla es ingeniero en electrónica y con especialidad en telecomunicaciones desde hace dos décadas. En Sudamérica es conocido por su experiencia en política regulatoria, porque en su natal Venezuela participó por cerca de tres años en la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), cuando el país prospectaba los desarrollos de redes de 3G y 4G.
Mantilla también ha participado en empresas como Telefónica Venezuela y Cullen International. En su camino por los organismos internacionales ha andado en equipos de trabajo por la UIT, la Citel y el foro de Regulatel, y enfocado casi siempre en temas relacionados con la explotación eficiente del espectro radioeléctrico.
Ahora es consultor, desarrolla estudios sobre nuevas tecnologías como 5G, inteligencia artificial (AI), Internet de las cosas (IoT), industria 4.0 y todas las posibilidades de negocio que se pueden crear con una combinación de ellas en América Latina, en México, y partiendo de una colocación “adecuada” del espectro en el mercado.
—En distintos mercados, básicamente los europeos y los asiáticos, ya se dieron procesos licitatorios de espectro para tecnología 5G y aunque en México ya existen planes licitación de ese espectro y también ya están las frecuencias despejadas, hay quien tiene el diagnóstico de que vamos lento en la materia, ¿cuál sería el suyo al respecto?
—No veo a México rezagado; nadie en el plano internacional lo ve así. El país va a la vanguardia en el tema de espectro y dio un paso grande con la liberalización de las frecuencias de los 600 MHz, que ahora usará para 5G. También están madurando las redes de 4.5G; los operadores siguen invirtiendo y creciendo esas redes para mejorar su presencia en el mercado móvil. El enfoque para México no debe ser cuándo se licitan las frecuencias, sino de qué manera para que haga sentido al mercado, porque 5G no es lo mismo ni se usará para lo mismo como la 4G o las redes anteriores; me parece que por ahí es la clave.
—¿Cómo explicaría esto de que la 5G no se utilizará para lo mismo y que las claves para el desarrollo de 5G en México está en los cómos?
—Por partes. En principio hay que tener una visión de que las redes de quinta generación sí serán más veloces, de mayor fuerza y latencia menor, sí. Pero es una tecnología distinta y de un ecosistema más robusto. Pondré un ejemplo con el mercado automotriz mexicano:
Todas esas cualidades que menciono permitirán el despliegue de redes de distinta tecnología y con distintas capacidades, que permitirá que dentro del mercado de telecomunicaciones se abran mercados adicionales. Por ejemplo, el mercado de autos en México tiene 31 millones de vehículos particulares y 11 millones camiones de carga; son un parque de 41 millones de vehículos y la producción del país es de tres millones, por supuesto que no todos se quedan en el país, pero imagina que cierta cantidad de esos autos se quedan y ahora cuenten con la capacidad de conectarse al 5G para hacer posible todos esos servicios de autos conectados con las alertas de tránsito; autos autónomos y otras posibilidades más de comunicación. Eso significará entonces la creación de mercados adicionales a los tradicionales. Por ello es necesario planear cómo se pone adecuadamente el espectro a disposición del mercado.
—¿Tiene esto que ver con cómo sale a subasta el espectro? ¿Por ejemplo qué mecanismo se aplica para las bandas de 600 MHz?
—En México tienen identificado el espectro de 3.4 GHz, además de la banda de 600 MHz. Desde mi punto de vista, esas bandas de frecuencias deben otorgarse de manera conjunta por un tema de eficiencia en uso de espectro y por eficiencia de recursos financieros para las compañías.
Para garantizar el despliegue efectivo de las inversiones y garantizar rentabilidad, el operador debe tener acceso a una operación de la banda de los 600 y a una porción del espectro de 3.4, porque una le permitirá cobertura y la otra disponibilidad de velocidad y fuerza en zonas particulares; podrán crear nuevos servicios con todo ello.
Sobre todo, asignar al mismo tiempo los dos paquetes le permitirá al operador definir de mejor manera su inversión, porque no es la misma cantidad de torres y antenas que colocas para una banda y para la otra, además de que, según proyecciones, esta tecnología del 5G podría ser hasta cinco veces más cara de construir. Entonces, asignar primero una, construir y luego esperarse a la asignación de la otra banda, no se puede dar toda la seguridad a la inversión; se podrían incrementar los costos.
—México, el regulador IFT, perfila a mediano plazo la licitación de dos bandas para 5G: la ya despejada de los 600 MHz y para la 3.4 GHz inicia su reacomodo con la renovación de concesiones para sus actuales tenedores. ¿Cómo plantearía usted la asignación de esos paquetes de espectro?
—El IFT trae un gen de innovación en su sangre. Confío en que buscará el mejor mecanismo para colocar ambas bandas en el mercado. Es un tema de competencia y de revisiones técnicas. La banda de 600 MHz tiene 70 MHz para colocar; el bloque mínimo debiera ser de 10 MHz y estimo que el ideal debiera ser de 20 MHz y quizá una banda de guarda, mientras que para la banda de 3.4 GHz he leído que el regulador piensa en bloques de 50 MHz; en ello coincido en que la postura de llegar hasta 100 MHz de espectro es viable, porque serán estos otros mercados y los operadores necesitarán todo el espectro disponible.
Me manifestaría también porque los bloques a licitarse fueran bloques nacionales; que deben garantizarse la coberturas nacionales y también asegurarse las inversiones de los operadores; de hecho, de lo que se ha estado viendo con la experiencia internacional es la licitación de paquetes nacionales y dudo mucho además que un operador manifieste que sólo quiere espectro para una parte del país, porque con 5G estamos hablando en otros términos de mercado.
—Para tener claro esto de que la 5G supone otro tipo de mercado y otro tipo de ambiente, ¿estima que cuando ocurra la subasta de señales también debe participar el agente preponderante del sector y también el mayor tenedor de frecuencias de espectro en México, vaya Telmex-Telcel y AT&T?
—El regulador siempre hará sus análisis; conoce el mercado que regula y por ello debe poner los elementos que aviven la inversión y fomenten los despliegues de nuevas tecnologías.
Desde mi punto de vista, esta nueva tecnología de 5G abarca otros sectores, no sólo de telefonía móvil; se van a abrir otros mercados, como en el tema de los servicios de salud, de ciudades inteligentes, los autos conectados. La industria va poder tener nuevos accesos, implantar redes y colocar otros dispositivos. Entonces es otro mercado, porque México puede desarrollar otros mercados de telecomunicaciones, uno completamente nuevo.
Telcel aquí ya no va a vender teléfonos o servicios móviles como los conocemos y AT&T también podrá vender otros productos con estas bandas de frecuencias, por lo que todos los involucrados de la industria deberían tener los mismos derechos de entrar con una oferta para asignación de espectro y ofrecer el mejor ecosistema de 5G para México, promoviendo además un crecimiento de la inversión para México, abatiendo la brecha digital y masificando la oferta del empleo en un sector de alto valor. México ya dio un paso grande con la liberación de la banda de 600 MHz, ahora también podría ser referencia latinoamericana en 5G.
nicolas.lucas@eleconomista.mx