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Querétaro y los colores que pintan la Peña de Bernal

Al caminar por el pintoresco y mágico entorno que envuelve al tercer monolito más grande del mundo, se van revelando las creaciones de sus habitantes.

sábado 23 de julio de 2016 - 14:21

BERNAL, Querétaro. Andar por los alrededores de la a veces monocromática peña que corona este pueblo es descubrir que el colorido está presente más allá de las fachadas de sus casas, en sus museos y galerías de arte, en sus variadas delicias gastronómicas, en sus emblemáticas artesanías y hasta en sus pintorescas tradiciones. En todo aquello que las manos creativas de sus habitantes tiene para ofrecerle a cada paso.

La primera muestra de ello está justamente frente a su plaza principal, donde se concentra una de las expresiones más ricas del pueblo de Bernal, en el municipio de Ezequiel Montes, el trabajo en telares, que lleva más de 100 años de antigüedad. Se trata del centro artesanal La Aurora, única fábrica sobreviviente de entre varios negocios familiares que hubo hace ya mucho tiempo atrás.

Cubierto por suéteres, chamarras, bufandas, rebozos y jorongos que se pueden comprar, este rincón queretano atesora dentro su verdadera valía, que es el taller donde los hilos se vuelven una extensión de los dedos de sus creadores, artesanos que, enamorados de su oficio, enseñan a los interesados la ruta crítica que sigue su creatividad en todo momento: desde la elaboración de una madeja, hasta el dominio de ese enorme y carismático artefacto llamado telar.

La Sectur invertirá 128 millones de pesos en Querétaro en la realización de 13 proyectos de infraestructura en el segundo semestre del año.

En línea con lo más tradicional del lugar, a tan sólo unos pasos de ahí, en el número 19 de la calle Independencia, una moderna construcción alberga un patrimonio rico en significado y color. Es el Museo de las Máscaras con su colección de más de 1,000 piezas (sólo 400 de ellas en exhibición), que versa sobre los usos y los materiales que se han utilizado a lo largo de la historia para la elaboración de dichos artículos tanto en México como en el extranjero.

Diablos, viejitos, negros, blancos, niños, seres fantásticos... de todo se puede ver en este espacio, donde las caretas que utilizaban los antepasados para la guerra conviven con las vistosas máscaras del carnaval de Venecia; las de África, empleadas en rituales para alejar los malos presagios, o las máscaras japonesas, chinas y tailandesas en las que prevalecen figuras de demonios y dragones.

Aprecia los insumos que se vuelven placeres en la boca, ingredientes originales con que se elaboraban los dulces desde los tiempos de los conventos y las monjas.

Sabores que acompañan

Si el color no es demasiado llamativo, al salir de allí se puede agregar a la aventura un toque de sabor. Y para ello basta hacer un alto en el número 2 de la Avenida Juárez, donde don Julio Rodríguez Velázquez dejó al pueblo de Bernal su más dulce legado. La fábrica de Dulces Bernal, convertida recientemente también en museo que ofrece deliciosos recorridos por la historia de las más emblemáticas golosinas de la nación.

Aprecia los insumos que se vuelven placeres en la boca, ingredientes originales con que se elaboraban los dulces desde los tiempos de los conventos y las monjas. Prueba una deliciosa paleta de cajeta con amaranto; descubre la disposición de los elementos en una cocina tradicional; recuerda cuáles fueron los postres que animaron tu infancia y observa cómo se trabaja en la fábrica todo el proceso, desde la elaboración hasta el empaquetado.

Al concluir, será casi imposible resistirse a no comprar entre pasillos llenos de tamarindos, gomitas, chocolates, alegrías, palanquetas, cocadas, glorias y, por supuesto, la especialidad de la casa, dulces de leche, en su versión entera o ligth, libre de azúcar, para que nadie se quede sin probar.

Otra suculenta parada, más alejados de la peña y de Bernal, en las inmediaciones de Tequisquiapan, el otro Pueblo Mágico queretano, es la Finca y Fábrica de quesos Vai, un lugar donde se puede aprender el proceso de elaboración del queso. Hay que pasar a un sótano donde le son revelados los secretos de maduración de este producto, degustar algunas variedades para identificar sus características principales y conocer los animales de la granja: vacas, becerros, borregos, caballos, gallinas, gansos y más.

Conoce sobre el proceso de elaboración de vinos blancos, tintos y rosados, con una amplia gama de variedades.

Finalmente, a 15 minutos de Tequisquiapan, del queso podrá pasar al vino, siguiendo un recorrido a través de una de las vinícolas pioneras en materia de enoturismo: La Redonda, que abre las puertas de su viñedo a los visitantes.

Se buscan mexicanos que tomen vino , es el lema de un lugar que, no obstante, tiene recorridos diseñados para el entretenimiento de toda la familia.

Descubre los campos de cultivo de la vid, sus variedades y las tecnologías empleadas para hacerlas más resistentes y productivas. Disfruta los paisajes con contrastantes espacios áridos en medio del verde de las plantaciones y con una arquitectura que remite a una finca antigua, de otra época.

Conoce sobre el proceso de elaboración de vinos blancos, tintos y rosados, con una amplia gama de variedades. Adéntrate en las oscuras y frías bodegas donde se añejan algunas etiquetas de la casa y saborea un vino hecho en México.

No hace falta ser un experto ni mucho menos salir borracho de esta casa vitivinícola, porque la actividad trata de brindar un momento de sano y familiar esparcimiento. Las compras aquí, sin duda alguna, también te esperan y, fomentando la cultura del reciclaje, los niños podrán optar, los fines de semana, por tomar un taller de decoración y pintado de botellas, haciendo de este empaquetado una obra de arte que sirva de elemento decorativo al regresar a casa.

Color, sabor y vida es lo que sobra alrededor de este inerte monolito queretano al que cariñosamente le llamamos peña.

Información

A lo largo del año en los viñedos La Redonda se llevan a cabo diversos eventos, entre los que destacan:

El Festival 100 vinos mexicanos, en marzo.
El Wine Colours Music Fest, en mayo.
Las fiestas de la vendimia, en julio.
Jazz en el viñedo, los fines de semana de agosto.
El Food Trucks & Wine Music Fest, en noviembre.

¿Cómo llegar?

Saliendo de la Ciudad de México hay que tomar la autopista 57; antes de San Juan del Río, tomar la carretera 120 hacia Tequisquiapan, pasando este poblado se llega a Ezequiel Montes, desde ahí se sigue la carretera 4 federal hacia Bernal.