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ANR celebra, pero enfrenta retos a largo plazo
La convención de la ANR en Houston este fin de semana estuvo llena de la retórica combativa y triunfante de un grupo que consiguió una gran victoria en el 2013: derrotar completamente al paquete legislativo para un mayor control sobre las armas de fuego, apoyado por la Casa Blanca.
La convención de la Asociación Nacional del Rifle (ANR) en Houston este fin de semana estuvo llena de la retórica combativa y triunfante de un grupo que consiguió una gran victoria en el 2013: derrotar completamente al paquete legislativo para un mayor control sobre las armas de fuego, apoyado por la Casa Blanca.
En la superficie, el grupo en pro de los derechos por las armas de fuego parece más fuerte que nunca, con decenas de miles de entusiastas participantes, alta adhesión y registro, y una efusiva aprobación del camino tomado por su líder, Wayne LaPierre.
Sin embargo, bajo la superficie, algunos de los aliados de la ANR están intranquilos, al exponer públicamente y en privado que la organización se enfrenta a retos largo plazo -e incluso a corto plazo- en una escala a la que no se habían enfrentado antes.
Entre ellos se incluyen los cambios demográficos y los patrones de tenencia de armas; una nueva voluntad de los legisladores estatales, en particular de los demócratas, para enfrentarse a la ANR, y el surgimiento de un movimiento de control de armas organizado y bien financiado.
Las preocupaciones surgen en medio de un debate continuo sobre si la ANR y los defensores de los derechos de las armas cometieron un error al oponerse beligerantemente a todas las propuestas de control de armas este año -incluida la legislación que pretendía ampliar la verificación de antecedentes para la compra de armas, patrocinada por dos senadores respaldados por la ANR, el demócrata Joe Manchin y el republicano Patrick Toomey.
En los últimos días, uno de los más conocidos defensores de los derechos de armas del país, Robert Levy, criticó al lobby por bloquear enérgicamente la iniciativa de revisión de antecedentes en el Capitolio. Levy preside el Instituto Cato, un influyente think tank liberal que aboga por los derechos de la Segunda Enmienda.