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Bolsonaro descoloca a Lula al obligarle hablar de religión
El 59% de votantes la considera como factor importante a la hora de decidir el voto, según Datafolha.
Brasilia. Visitas a templos, fotos con sacerdotes, cartas a fieles y una lluvia de desinformación: Jair Bolsonaro y Lula da Silva están luchando de todas las formas posibles para conquistar al decisivo electorado cristiano de cara al balotaje del domingo en Brasil.
Los esfuerzos por conquistar ese voto, en lo que la prensa denominó una "guerra religiosa", continuaron hasta la recta final de la campaña.
En Brasil, un país donde viven 215 millones de personas mayoritariamente católicas, pero con una influencia creciente de las iglesias evangélicas -un tercio del electorado-, el 59% considera a la religión como un factor importante a la hora de decidir el voto, según la consultora Datafolha.
"Llevar el debate al campo de la religión y las costumbres facilita (a los candidatos) el trabajo para aumentar el rechazo del adversario, con temas que apelan a lo emocional", explicó Leandro Consentino, politólogo del instituto Insper.
Bolsonaro, que va segundo en las encuestas (47%) frente a Lula (53%), tiene un amplio respaldo de los evangélicos, activo que ha explotado durante su campaña.
"La izquierda, el comunismo, no están comprometidos con la vida, no nos respetan", criticó el político ultraderechista en alusión a Lula, mientras caminaba recientemente hacia el altar de una iglesia evangélica repleta en Sao Paulo.
El actual mandatario, un católico de 67 años luego bautizado en el Río Jordán por un famoso pastor evangélico, retiene un 65% de las intenciones de voto entre los evangélicos contra 31% de Lula, apoyo que ha sustentado con la defensa de la familia tradicional y la Biblia o el nombramiento de un juez "terriblemente evangélico" para la Corte.
Redes sociales
También tiene el apoyo de influyentes pastores conservadores como Silas Malafaia, quien ante sus 10 millones de seguidores en redes sociales lanza ataques a Lula, tildándolo desde "mentiroso" a "alcohólico".
En la recta final de la campaña, el izquierdista Lula, que este jueves cumplió 77 años, se esforzó por su parte por acercarse a los evangélicos y desmentir informaciones falsas promovidas por la oposición, como que planea cerrar iglesias.
El foco del debate en la agenda religiosa podría significar una ventaja para Bolsonaro de cara al balotaje, consideró Adriano Laureno, analista de la consultora Prospectiva.
"Llevó la campaña para su campo. Si se estuviese discutiendo economía, probablemente Lula estaría en una situación más cómoda", explicó Laureno.