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Geopolítica

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Derrame de crudo llega a costas de Luisiana

El crudo arrojado al mar tras el hundimiento de la plataforma petrolera Deepwater es cinco veces más grande de lo que se estimó al principio, lo que ha generado molestia y preocupación entre los pescadores de la zona.

Venice.- Un derrame de petróleo que amenazaba con superar al desastre del Exxon Valdez se extendía fuera de control el jueves y comenzó a tocar la costa estadounidense del Golfo de México, mientras los pescadores se apresuraban a recolectar mariscos y las cuadrillas de rescate armaban vallas flotantes alrededor de los pantanos.

El derrame era cinco veces más grande de lo que se había estimado al principio. Largas y delgadas manchas de petróleo comenzaron a llegar a la boca del río Misisipí y a la costa de Luisiana la noche del jueves.

``Es una gran preocupación'', dijo David Kennedy de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica a The Associated Press. ``Estoy asustado. Esto es algo muy, muy grande. Y los esfuerzos que harán falta para resolverlo, especialmente si sigue así, serán simplemente enormes''.

El derrame podría convertirse en la peor catástrofe ambiental en Estados Unidos en varias décadas, ya que amenaza cientos de especies de peces, aves y otras formas de vida silvestre. La Costa del Golfo es una de las zonas más ricas en mariscos del mundo, con camarones, ostras y otras variedades. El crudo se hacía más espeso en las aguas al sur y al este del delta del Misisipí, a unos ocho kilómetros (cinco millas) de la costa.

El derrame en el lecho marino era mucho más grande de lo que se dijo al principio, lo que generaba entre los habitantes de Luisiana la sensación de que el gobierno volvió a fallarles, igual que cuando el huracán Katrina azotó la región. El presidente Barack Obama envió a miembros de su gabinete a la zona a lidiar con la crisis.

Cade Thomas, un guía de pesca en Venice, dijo temer que su forma de sustento estuviera en peligro y no sabía si culpar a la Guardia Costera, al gobierno federal o a la petrolera BP PLC.

``Nos mintieron. Vinieron y dijeron que se derramaban 1,000 barriles cuando creo que sabían que era más. Y no actuaron'', dijo. ``Ni bien explotó, deberían haber comenzado a rodearlo con vallas''.

La Guardia Costera colaboraba con BP, que operaba la plataforma de prospección que explotó y se hundió la semana pasada, para usar vallas flotantes, recolectores de crudo, solventes e incendios controlados contra el derrame.

Según funcionarios del gobierno, unos 5.000 barriles de petróleo por día brotan del fondo del mar desde que la plataforma Deepwater Horizon se hundió a unos 65 kilómetros (40 millas) de la costa. Once trabajadores desaparecieron y se considera que están muertos.

A medida que la situación se volvía cada vez más crítica, la empresa BP, que arrendaba la plataforma, le pidió asistencia al gobierno estadounidense para estudiar el derrame.

Doug Suttles, director gerente de BP Exploración y Producción, filial de British Petroleum, dijo en una conferencia de prensa que la compañía preguntó al departamento de Defensa si tiene equipos submarinos mejores que los de uso comercial, incluidos vehículos de operación remota y sistemas de transmisión de imágenes.

Si el pozo no puede ser cegado en poco tiempo, casi 100.000 barriles de crudo, unos 4,2 millones de barriles, podrían contaminar las aguas del golfo antes que los equipos de emergencia puedan perforar un pozo de alivio para aliviar la presión. El barco Exxon Valdez, que causó el peor derrame de crudo en la historia de Estados Unidos, volcó 11 millones de galones en la bahía Prince William de Alaska en 1989.

Además, el desastre podría ser mucho mayor que el del navío, porque el derrame es directo desde un pozo.

En Empire, Luisiana, el pescador de ostras Mitch Jurisich podía oler el crudo más allá del agua turbia horas antes de su llegada a la costa.

``Ahí es cuando te das cuenta de que está cerca y de repente ves que es real'', dijo Jurisich, que pasó el jueves recogiendo ostras hasta llenar más de 100 bolsas de tela. También se detuvo a comer algunas, ya que podría ser su última oportunidad de disfrutarlas antes de que el crudo las contamine.

Suttles, de BP, había rechazado el primer cálculo del gobierno del alcance del derrame, pero el jueves reconoció en el programa ``Today'' del canal NBC que la pérdida podría ser tan grave como dicen los funcionarios. Agregó que no hay manera de medir el flujo de la fuga en el lecho marino y que los cálculos se tendrán que basar en la cantidad que llegue a la superficie.

Las cuadrillas no pudieron activar un sistema de cierre que habría frenado el brote de petróleo desde el fondo, a 1.500 metros (5.000 pies) de profundidad.

El presidente Barack Obama envió a la secretaria de Seguridad Nacional Janet Napolitano, al secretario del Interior Ken Salazar y la administradora de la Agencia de Protección del Medio Ambiente Lisa Jackson para ayudar en la contención del derrame.

Obama dijo que el gobierno usará ``todos los recursos disponibles'', pero el vocero gubernamental Nick Shapiro dijo que BP se tendrá que hacer cargo del costo de la limpieza.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró el jueves el estado de emergencia, que le permite liberar recursos en preparación para el arribo de la mancha de crudo.

La Marina enviará 20.000 metros (66.000 pies) de cercos inflables y siete sistemas de recolección de crudo y usará sus bases en la región para preparar las operaciones.

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