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Ecuador, en “estado de guerra” con el narco; continúa la violencia
El presidente Daniel Noboa asegura que no cederá. Hay 329 detenidos y al menos 14 muertos.
Quito. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, enfatizó que su país está "en estado de guerra" con las bandas criminales, que mantienen como rehenes a más de 130 guías penitenciarios y otro personal, en medio de un dramático aumento de la violencia en el país en los últimos días.
Noboa nombró el martes a 22 bandas delictivas como organizaciones terroristas, convirtiéndolas en objetivos militares oficiales. El presidente asumió el cargo en noviembre con la promesa de combatir la violencia del narcotráfico.
Desde el domingo las numerosas bandas criminales y narcotraficantes han exhibido su fuerza en represalia por los aviones del presidente de doblegarlos con mano de hierro: más de un centenar de policías y personal penitenciario retenido por presos, agresiones a periodistas y un sinnúmero de ataques armados que han dejado 14 muertos.
"Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos grupos terroristas", aseveró el mandatario a radio Canela, tras declarar el martes a la nación en "conflicto armado interno".
La retención de los agentes penitenciarios, que comenzó en las primeras horas del lunes, y el aparente escape de prisión el fin de semana del líder de la banda de Los Choneros, Adolfo Macías, llevaron a Noboa a declarar un estado de emergencia por 60 días, incluido un toque de queda nocturno.
El mandatario endureció el decreto el martes, tras una serie de explosiones en todo el país y la toma violenta de una estación de televisión por hombres armados en medio de la transmisión en vivo, declarando un "conflicto armado interno".
Desolación y detenidos
Alrededor de 329 personas, en su mayoría miembros de pandillas como Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones, han sido arrestadas desde que comenzó el estado de emergencia, reportó el comandante de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela.
Con calles desoladas y con poca afluencia vehicular en la capital y otras ciudades, negocios cerrados y el centro de Quito militarizado, los ecuatorianos vivieron el miércoles por tercer día el poder del narco bajo un clima de pánico y hartazgo.