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Educación, el mayor reto
La directora ejecutiva de la Amexcid asegura que no todas las niñas tienen el privilegio de estudiar.
Entrevista a Laura Elena Carrillo Cubillas, directora ejecutiva de la Amexcid
Laura Elena Carrillo Cubillas, directora ejecutiva de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid), se integró en el 2010 al servicio público en el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de la ciudad de México, coordinando el programa Niñas y Niños Talento.
El jueves pasado recibió a El Economista en sus oficinas para hablar, en particular, sobre la equidad de género y su visión sobre los retos que enfrentan las mujeres.
—¿Qué avances han logrado las mujeres en México en materia de equidad de género?
—Como historiadora, puedo decir que siempre son tiempos mejores y la situación actual es diametralmente distinta a la que había antes, es más, yo lo puedo ver en mi familia, la diferencia que hay en las oportunidades que tengo ahora respecto a las que tuvo mi mamá, mi abuela y bisabuela, no se comparan.
En ese sentido, soy optimista, yo sé que aún falta mucho por hacer, pero sí estoy orgullosa de las mujeres que me han antecedido y de lo que las mujeres han logrado en este país para estar ahorita en la posición donde nos encontramos.
Yo, particularmente, me encuentro en una posición de responsabilidad y en ese sentido soy privilegiada y quiero pensar también que puedo ser un ejemplo. El hecho de que yo esté en el puesto donde me encuentro no tuvo nada que ver con que yo fuera hombre o mujer, ése es un gran avance y no gano menos por el hecho de ser mujer.
—¿Cuáles son los progresos más significativos que han conseguido y los principales problemas a los que se han enfrentado?
—Creo que el mayor progreso comienza desde el derecho a votar, porque el hecho de que tú ya seas parte de la vida política de un país te permite estar en la toma de decisiones, y eso es fundamental. También, ha habido un avance en que las mujeres puedan asistir y permanecer en la escuela, aunque esto también sigue siendo el reto porque todavía no todas las niñas tienen el privilegio de acceder a la educación.
—¿Qué desafíos tienen que enfrentar las mujeres en la actualidad?
—El reto por supuesto es la educación, y no nada más la educación escolarizada, es la educación y la cultura.
Siendo mamá de varones tenemos responsabilidad de que estas cosas cambien. Se tiene que sensibilizar sobre el tema, es una tarea que nos toca a todos y mucho más allá de las escuelas. Tiene que estar en los medios de comunicación, tiene que estar en cada lugar donde trabajamos, tiene que estar desde cómo ponemos la mesa, quién sirve, quién recoge y quién lava los platos, está en todos lados, y, en ese sentido, hay mucho por hacer, pero hay que ser optimistas porque si nosotros damos la educación y la guía que se necesita, ese tipo de cosas se aprende.
No es genético, es la gran ventaja, la falta de equidad no nada más entre hombres y mujeres, sino también entre los que tienen más y los que tienen menos, no es genético, es aprendido, tiene solución.
—¿Qué le toca hacer a las autoridades, sociedad civil, gobierno y empresas para lograr la equidad de género?
—Me parece que es fundamental, por el momento, que por lo menos a nivel Estado nos pongamos cuotas mínimas de género en materia laboral, en el entendido de que, idealmente, va a llegar el momento en que no sea necesario porque vamos a estar todas en una situación de tal equidad, que por nuestro méritos vamos a poder acceder.
Me da mucho optimismo que en México tenemos una guía, tenemos una idea muy clara de hacia dónde tenemos que ir, y eso nos ayuda en el día a día a ir tomando las decisiones que nos van a ayudar a ir resolviendo el problema.
Hay liderazgos comprometidos con el crecimiento social y estamos poniéndole acciones a las palabras, al argumento, y no hay ningún miedo de decir que hay un problema, claro que lo hay y en el momento que lo reconocemos ya estamos empezando a resolverlo.