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Favelas de Río, oportunidades a la vista
La vista era insuperable: las famosas playas de Ipanema, la imponente montaña de Pan de Azúcar, el azul matizado del Atlántico.
Río de Janeiro. La vista era insuperable: las famosas playas de Ipanema, la imponente montaña de Pan de Azúcar, el azul matizado del Atlántico. El único inconveniente de propiedad que Andreas Wielend quería, era que se encontraba en una de las conocidas favelas de Río de Janeiro, los barrios marginales y violentos que afloran en las pintorescas laderas de la ciudad.
Pero así como Río de Janeiro se reinventa en miras de la Copa Mundial de Futbol en el 2014 y las Olimpiadas en el 2016, muchas intrépidas compañías, una veintena de organizaciones citadinas y unos cuantos extranjeros merodean entre las una vez prohibidas favelas en búsqueda de oportunidades. Wielend, un ingeniero austriaco, comprendió que las ventajas superaban los inconvenientes. Así que hace dos años, pagó 10,000 dólares por una casa en la favela Vidigal y abrió un pequeño hotel, el cual ha sido un éxito.
En Río se cavan nuevos túneles, se reestructuran carreteras y se incorporan nuevas estaciones del metro como parte de un programa estatal de desarrollo, que costará cerca de 9,000 millones de dólares previo a las Olimpiadas.
Pero el Presidente del instituto de planeación urbana de la ciudad, expuso que hay una enorme presión para incorporar a las favelas al panorama general de la ciudad. Esto significa disminuir el control de las pandillas de narcotraficantes que manejaban las favelas como sus feudos, introducir servicios y legalizar los negocios que formaban parte de una vasta e irregular economía subterránea.