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Florida mantiene en vilo a 772,000 migrantes indocumentados
Benjamín Pérez se gana la vida limpiando viviendas en Miami. Trabaja sin permiso legal, como otros miles de extranjeros que forman una mano de obra primordial para el estado de Florida. El futuro de todos ellos pende ahora de un hilo por una ley migratoria recién aprobada.
Miami. Benjamín Pérez se gana la vida limpiando viviendas en Miami. Trabaja sin permiso legal, como otros miles de extranjeros que forman una mano de obra primordial para el estado de Florida. El futuro de todos ellos pende ahora de un hilo por una ley migratoria recién aprobada.
La iniciativa impulsada por el gobernador republicano Ron DeSantis busca, entre otras cosas, impedir la contratación de personas indocumentadas.
A partir del 1 de julio, las compañías de más de 25 empleados deberán comprobar en una base de datos federal el estatus legal de las personas a las que deseen emplear. Contratar a un extranjero en situación irregular conllevará multas cuantiosas.
Pérez, de 40 años, lleva dos décadas viviendo y trabajando en Estados Unidos, pero teme no poder seguir haciéndolo. Como muchos, abandonó su país natal, México, buscando una mejor situación económica. Fue albañil hasta que una lesión lo obligó a cambiar de sector.
Ahora vive en un departamento del centro de Miami con su esposa nicaragüense y un sobrino de ella. Los tres trabajan. Ninguno tiene permiso para hacerlo.
El sueño americano no es nada más que eso, un sueño", añade. "El gobierno nos acorrala cada día más. Prácticamente ya no valemos nada".
En Florida, con 22.2 millones de habitantes, viven 772,000 migrantes indocumentados, según una estimación del laboratorio de ideas Migration Policy Institute.
La nueva ley podría generar pérdidas anuales de 12,600 millones de dólares para la economía del estado al reducir la mano de obra, los gastos de los migrantes indocumentados y los impuestos que pagan.