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GB rechaza al primer residente
Gente camina sobre el puente Westminster envueltos en la bandera de la Unión Europea hacia la Torre de la reina Elizabeth.
Londres. Sam Schwarzkopf, un neurocientífico alemán en el University College de Londres, se preocupó al recibir una carta del gobierno británico informándole la negación de su solicitud para la residencia permanente y que debía prepararse para abandonar Gran Bretaña.
Como ciudadano de la Unión Europea, tiene derecho legal a vivir en Gran Bretaña pero es uno de los miles de europeos que se enfrentan a la burocracia británica para confirmar su estatus legal y descubren que el proceso incrementa su incertidumbre.
Schwarzkopf, que vive en el país desde 1999 y está casado con una británica, pensó que la petición de la tarjeta de residente permanente sería una formalidad e intentaba hacerse con una pequeña tarjeta azul con el logo del Ministerio británico del Interior y las palabras documento de residencia en Gran Bretaña .
Antes del referendo para la salida del país de la UE, la mayoría de las personas que reside en Gran Bretaña no sabía de la existencia de esa tarjeta, pues no necesitaban de visados ni tener documentos especiales.
Esto cambiará una vez que el país abandone la UE tras un proceso de divorcio de dos años que está previsto arranque el 31 de marzo.
Gran Bretaña dice que terminará con la libre circulación e impondrá controles a la inmigración comunitaria, pero no ofreció más detalles. Tanto funcionarios británicos como de la UE dicen que los tres millones de ciudadanos del bloque que viven en Gran Bretaña, y el millón de británicos residentes en todo el bloque, deberían poder quedarse donde están. Pero no hay garantías formales ni una decisión sobre cuál será la fecha de corte para obtener la residencia legal.
Esta nueva situación provoca nerviosismo entre los europeos residentes en Gran Bretaña, quienes tramitan las tarjetas de residencia necesarias para lograr su estatus legal de inmigrantes.
En el 2016, se registraron 240,000 solicitudes de residencia, cifra que sobrepasó a las autoridades migratorias, que tenían otras 90,000 pendientes. Se requiere llenar un formulario que consta de 85 páginas.
Por lo pronto, casos como los de Sam podrán multiplicarse en los próximos meses.