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Geopolítica

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Los cárteles mexicanos se expanden en EU

La organización criminal tijuanense Fernando Sánchez, con sede en EU, es más fuerte que los Arellano Félix.

San Diego. Cuando uno de los grandes cárteles mexicanos de la droga abrió una oficina de este lado de la frontera para atender negocios, las autoridades estadounidenses intervinieron todos sus teléfonos móviles y se dedicaron a escuchar, observar y esperar.

En su esfuerzo de inteligencia, captó más de 50,000 llamadas en seis meses, conversaciones que llegaban a todo México y que ayudaron a construir un caso sólido contra 43 presuntos delincuentes, incluyendo altos mandos policiacos y funcionarios de gobierno, todos ellos supuestamente vinculados con un salvaje grupo conocido como la organización Fernando Sánchez, nacida del Cártel de Tijuana de los Arellano Félix.

De acuerdo con las grabaciones obtenidas los presuntos delincuentes planearon secuestros y asesinatos de traficantes rivales, y contrataron a adolescentes estadounidenses para cruzar la frontera con pequeñas cargas de 150 gramos de metanfetaminas por 100 dólares el viaje. Como sutiles mensajes a sus rivales, arrojaban perros sacrificados a la entrada de la casa de su madre.

Para las autoridades de EU, lo más preocupante de la organización Fernando Sánchez es la agresividad con las que se instalaron en EU, a partir de un departamento en San Diego al que llamó La Oficina . Para algunos funcionarios de Washington, ejemplificó lo que ya se considera como la invasión formal de EU por parte de los cárteles mexicanos, debido a la inoperatividad de la frontera, para las autoridades de ambos países.

Gracias a los avances tecnológicos, la DEA y el Departamento de Justicia pudieron grabar conversaciones en celulares dentro de México, para detectar que Jesús Quiñones Márquez, alias El Riñón, encargado de relaciones internacionales de la Procuraduría de Baja California, era uno de los principales operativos del cártel. El Riñón aprovechaba al máximo sus vínculos con operativos de las DEA y otras dependencias para filtrar información a autoridades mexicanas sobre cárteles rivales.

El ejemplo de El Riñón es uno de muchos. Junto con otros 34 presuntos narcos, Quiñones aguarda en una cárcel de San Diego un juicio por múltiples crímenes. Autoridades de EU dicen que cuando capturan a 50 presuntos narcos, otros 200 ya están listos para remplazarlos.

Según los investigadores de la DEA, había sido inusual que los cárteles mexicanos establecieran oficinas abiertamente en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Atlanta para dirigir grandes movilizaciones de droga. La organización Fernando Sánchez resultó ser más ambiciosa. Construyó una red desde San Diego no sólo para el mayoreo, sino también para facilitar el control del menudeo. De hecho, según la DEA el grupo de Fernando Sánchez es más fuerte y está mejor estructurado que el propio Cártel de Tijuana, que está plagado por una lucha interna de poder que lo ha debilitado. Lo encabeza Fernando SánchezArellano, sobrino de los célebres Arellano Félix que durante 20 años fueron los capos más poderosos de México.

A diferencia de otros cárteles, el grupo de Fernando Sánchez y su franquicia de San Diego se ha fortalecido a través de reclutar pandillas enteras de jóvenes hispanos de las calles y barrios de San Diego y Los Ángeles.

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