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Médicos del piloto de Germanwings no hablaron
Los médicos que atendieron de depresión y trastornos mentales al piloto Andreas Lubitz, de Germanwings, antes de que matara a 150 personas al estrellar un avión en los Alpes en 2015 rehusaron conversar con investigadores franceses, los cuales intentan impedir se repita una tragedia similar, dijo el sábado el padre de una de las víctimas.
Los médicos que atendieron de depresión y trastornos mentales al piloto Andreas Lubitz, de Germanwings, antes de que matara a 150 personas al estrellar un avión en los Alpes en 2015 rehusaron conversar con investigadores franceses, los cuales intentan impedir se repita una tragedia similar, dijo el sábado el padre de una de las víctimas.
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Los investigadores franceses dijeron a parientes de los fallecidos durante una reunión en Barcelona que los doctores alemanes no están obligados a conversar sobre los problemas médicos de Lubitz de acuerdo con las leyes alemanas que protegen la intimidad, y no lo hicieron, aun cuando el piloto de 27 años también pereció en la caída del avión el 24 de marzo de 2015.
Los expertos de la BEA, la agencia francesa que investiga los percances aeronáuticos, sí obtuvieron informes médicos detallados sobre Lubitz en Alemania, pero "enfatizaron que los doctores, aquellos que lo atendieron, se rehusaron a facilitar información", dijo Robert Tansill Oliver, que asistió a la reunión de parientes de las víctimas.
Los investigadores franceses dijeron a los parientes que una de sus recomendaciones de seguridad sería obligar a los médicos a que faciliten a las autoridades información sobre los problemas de salud mental de los pilotos.
La BEA declinó el sábado hacer declaraciones sobre las reuniones a puerta cerrada con los parientes, a los que se les proyectaron dispositivas pero no se les entregaron materiales impresos.
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Durante las reuniones efectuadas el sábado en Barcelona y Bonn se informó a los parientes de las víctimas sobre un documento de la BEA que será difundido el domingo y el cual previsiblemente contendrá recomendaciones a fin de ayudar a las agencias y aerolíneas de aviación en el mundo a impedir desastres aéreos similares.
La mayoría de las víctimas del vuelo 9525, que iba de Barcelona a Duesseldorf, eran españolas y alemanas.
Germanwings y Lufthansa han rechazado enérgicamente que estuvieran implicadas en alguna irregularidad que haya derivado en la tragedia, e insisten en que el copiloto estaba certificado como apto para volar. En los meses previos al desastre, Lubitz visitó a 41 médicos, y ninguno advirtió al empleador ni a las autoridades que él pudiera estar muy enfermo y no apto para volar.
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Las leyes de confidencialidad de Alemania impiden que se comparta ampliamente información personal delicada, aunque autorizan a los médicos a suspender la normativa sobre la protección de la intimidad de los pacientes si consideran que está en peligro la seguridad de esa persona o la de otras.
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