México está un paso adelante de las declaraciones de Trump

Líderes mexicanos se apresuraron a condenar la semana pasada las declaraciones de Donald Trump, después de que él se comprometió a poner un gran, gran muro en la frontera sur de EU si es elegido presidente.

Pero un vistazo a las últimas estadísticas de deportación del gobierno mexicano muestra que el país ha implementado una barrera formidable cumpliendo con una ofensiva contra los migrantes centroamericanos que intentan llegar a EU.

Entre octubre y abril, las autoridades mexicanas detuvieron a 92,889 centroamericanos, frente a los 49,893 detenidos en el mismo periodo del año anterior. Superando los 70,226 migrantes no mexicanos que fueron capturados por agentes fronterizos de EU durante los últimos seis meses, la mayoría de los cuales eran típicamente de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Marcando un gran cambio en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando los agentes estadounidenses se vieron desbordados por una repentina afluencia de niños centroamericanos que viajaban a EU, aprehendiendo a 159,103 migrantes que cruzaban la frontera.

En lo que va de este año, el número de migrantes detenidos registrados como menores no acompañados se ha reducido en un 51 por ciento.

Una gran razón para la disminución de migrantes que van a EU es el Programa Frontera Sur, de México, que ha asignado 5,000 agentes de la Policía Federal para interceptar a los migrantes que van hacia el norte mediante controles de carretera y rutas ferroviarias. El programa es una respuesta tanto a la presión de EU y grupos de derechos humanos, así como a un pueblo mexicano horrorizado por años de abusos desenfrenados contra los migrantes centroamericanos.

Al detener a los viajeros centroamericanos antes de llegar a la frontera de EU, los funcionarios de ambos países dicen que están protegiéndolos de las bandas criminales y de una caminata peligrosa a través del desierto.

Las severas medidas en México ayudan a sobrellevar el costo de las detenciones, el procesamiento y la repatriación de los migrantes en los vuelos chárter a América Central, que realiza EU.

No es la primera vez que México ha manejado una ofensiva tal, pero en el pasado, la aplicación más dura se ve a menudo como una especie de favor a EU, sobre todo porque los centroamericanos rara vez se quedaban en México.

Al mismo tiempo, la migración ilegal de México a EU se ha hundido y el número de mexicanos que salen de Estados Unidos como deportados o por otras razones se cree ahora que es aproximadamente igual al número de nuevos inmigrantes que llegan.

Hoy, sin embargo, el tráfico de personas y la recolección de peaje por extorsionadores a lo largo de la frontera se han convertido en un lucrativo negocio lateral para las mafias criminales que luchan contra el gobierno de México.

El centro de la estrategia de México es el aumento de presencia policial en las rutas ferroviarias de transporte de mercancías que durante años han llevado a los inmigrantes al norte, pero se convirtieron en ondulantes vagones de terror, donde los viajeros más pobres y vulnerables fueron violados de manera rutinaria, secuestrados por bandas narcotraficantes o mutilados en accidentes espantosos.

Debido a los centroamericanos que siguen decididos por llegar a Estados Unidos defensores dicen que la represión está empujando a los viajeros a salir de los refugios dirigidos por la iglesia y organizaciones de defensa que los protegen.

Tampoco ha finalizado la represión contra los migrantes. A principios de este mes , la policía mexicana encontró tres cadáveres en vehículos quemados en un rancho al sur de la frontera con Arizona, donde estaban detenidos más de una docena de inmigrantes a punta de pistola.