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Geopolítica

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Miles de argentinos acuden a funeral de Raúl Alfonsín

Miles de ciudadanos argentinos y personalidades de diversas naciones latinoamericanas acuden a los funerales del otrora presidente Raúl Alfonsín.

Decenas de miles de personas, entre ellas varios políticos latinoamericanos, acudieron el miércoles al Congreso para despedir los restos del ex presidente Raúl Alfonsín, quien encabezó el retorno a la democracia en Argentina e impulsó el enjuiciamiento de jerarcas de la última dictadura militar.

Una fila de casi 30 cuadras de personas de distintas edades y estratos sociales, aguardaba para darle el último adiós a Alfonsín, fallecido el martes a los 82 años de cáncer pulmonar. Con honores de estado y entre llantos, aplausos y vítores del público que gritaba: "!Alfonsín, Alfonsín!", sus restos quedaron instalados en el salón Azul del Congreso, flanqueados por dos soldados del Regimiento de Granaderos en guardia de honor y rodeados de coronas florales.

Según medios locales, desde la mañana hasta la tarde pasaron unas 15,000 personas frente al féretro abierto con el cuerpo de Alfonsín, con la banda y un bastón presidencial. Dada la multitud que aguarda por ingresar, se dispuso que las puertas del Parlamento permanezcan abiertas durante toda la noche.

Por otro acceso llegaban dirigentes de todos los signos y referentes de la política latinoamericana, entre ellos el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, quien viajó especialmente para despedir a "un amigo del pueblo uruguayo y solidario con nuestra causa democrática, que sintió y expresó como su propia causa", según un mensaje difundido por su gobierno.

También estuvieron los ex mandatarios Carlos Ménem y Néstor Kirchner (Argentina), Fernando Henrique Cardoso y José Sarney (Brasil), y Julio María Sanguinetti (Uruguay).

La noticia de la muerte de Alfonsín, quien gobernó entre 1983 y 1989 tras la caída de una de las más sangrientas dictaduras militares de América Latina, repercutió fuerte en el país y en toda la región, desde donde llegaron mensajes de condolencias de líderes latinoamericanos.

"Con la muerte de Raúl Alfonsín no sólo Argentina, más toda América del Sur, perdieron a un gran constructor de la democracia. Artesano de la alianza Argentina-Brasil, Alfonsín deja el recuerdo de un hombre de diálogo con profundas concepciones democráticas", manifestó el presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva en una nota.

Ricardo Lagos y Patricio Aylwin, figuras claves en el restablecimiento de la democracia en Chile, destacaron su influencia en el proceso democratizador en toda la región.

Lagos afirmó que "América Latina está hoy de luto" y que "ha muerto un gran demócrata. Con él se inició la recuperación de la democracia en buena parte del Cono Sur".

Aylwin, el primer presidente chileno tras la dictadura del general Augusto Pinochet, destacó que su gobierno "fue el de la reconstrucción democrática y el enfrentamiento a las violaciones de los derechos humanos".

El ex presidente colombiano Belisario Betancur lo calificó como "un gran hombre de América y de la democracia".

También manifestaron su pesar el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero y los reyes Juan Carlos y Sofía.

Alfonsín fue dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR), un partido tradicional que tomó un giro a la socialdemocracia, y tuvo un papel protagónico tras la derrota en la guerra contra Gran Bretaña por la posesión de las Islas Malvinas, en el Atlántico sur en 1982.

Encabezó una coalición político-social denominada "multipartidaria" que allanó el terreno para las elecciones presidenciales de 1983, en las que se impuso con el 51.7% de los votos frente al 40.1% del peronismo, que por primera vez era derrotado en las urnas.

Elegido para conducir un país devastado por una dictadura y que dejó unos 30,000 desaparecidos, según organizaciones de derechos humanos, su gestión quedó grabada a fuego por dos episodios clave: el juicio a las juntas militares y una crisis hiperinflacionaria -un 3,079.5% en 1989-, circunstancia que lo obligó a entregar el poder seis meses antes al peronista Carlos Ménem.

A pocos días de asumir, Alfonsín dio el aval político para que, por primera vez en la historia del país sacudido por seis golpes militares, se juzgara a los cabecillas del régimen militar. La medida tampoco registraba antecedentes en el mundo.

Para ello creó la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas para recibir las denuncias y pruebas, y luego remitirlas a la justicia. Resultado de ese trabajo fue el informe Nunca Más, el cual reveló que el régimen puso en práctica un atroz plan de exterminio de disidentes.

Después de nueve meses de agotadoras audiencias, un tribunal civil condenó a los dictadores a cadena perpetua.

"Va a pasar a la historia y se merece todo nuestro reconocimiento", sostuvo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien también recordó el dolor que provocó en los organismos de derechos humanos la decisión del propio Alfonsín de solicitar al Congreso la sanción de las leyes de perdón para frenar el juzgamiento de represores, tras sufrir tres rebeliones militares entre 1987 y 1988.

Alfonsín fue partícipe de dos hechos relevantes para la región: puso fin a una larga serie de conflictos limítrofes con Chile y sentó las bases del futuro bloque Mercosur.

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