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Nuevo golpe al narcotráfico en Río de Janeiro con muerte de capo de favela
El batallón de élite de la Policía Militar de Rio de Janeiro informó este sábado de la muerte del jefe de narcotráfico más buscado de la ciudad, herido durante un operativo de las fuerzas de seguridad en una de las favelas en las que operaba.
El batallón de élite de la Policía Militar de Rio de Janeiro informó este sábado de la muerte del jefe de narcotráfico más buscado de la ciudad, herido durante un operativo de las fuerzas de seguridad en una de las favelas en las que operaba.
El cadáver de Márcio Sabino Pereira, alias 'Matemático', "fue encontrado dentro de un auto en la calle (del estadio de fútbol) Engenhao", en el barrio de Bangu (zona norte), informó el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la Policía Militar a través de su cuenta en la red social Twitter.
"'Matemático' era el principal líder de la facción criminal de las comunidades de (el complejo de favelas) Senador Camará", añadió.
El capo de 37 años, que según el BOPE era "el narco más buscado de Rio de Janeiro", controlaba el tráfico de las favelas Coreia y Taquaral, en Senador Camará y la barriada de Vila Alianóa, en Bangu.
Pereira planificaba extender además su control con una "invasión" a la favela Vila Kennedy, también en Bangu, en manos del capo Fabinho Noronha.
En la operación, que "duró toda la madrugada" y en la que "hubo enfrentamientos", participaron agentes del BOPE, el batallón de choque de la Policía Militar de Rio y la Policía Federal, indicó el cuerpo de élite.
'Matemático' fue herido desde un helicóptero de la policía y huyo en el auto negro donde fue encontrado sin vida poco después. El BOPE divulgó una foto del vehículo, con el cuerpo del criminal tirado en el asiento trasero.
"Ellos atacaron el helicóptero con todo, estaban bastante armados. Eran muchos tiros y disparados por traficantes de toda la favela. Fue una operación difícil", comentó Adonis Oliveira, piloto de la aeronave, que aseguró que recibieron varios impactos de fusil.
"Lo más importante es retirar a esas personas (narcos) de circulación y la recuperación del territorio. Ya aprehendimos mucha gente y no veo esta muerte como un trofeo o un emblema", indicó el secretario de Seguridad del estado de Rio de Janeiro, José Mariano Beltrame.
Márcio Sabino Pereira era uno de los jefes del narcotráfico más antiguos de Rio de Janeiro y, según la Policía, era bien respetado en ese ámbito.
Las autoridades ofrecían una recompensa de hasta 10.000 reales (unos 5.200 dólares) por informaciones que llevaran a su captura. Habían en su contra 15
rdenes de detención por narcotráfico y asociación para delinquir.
Como "un líder" que "dirigía con mano de hierro" lo describió el comisario de la Policía Federal Joao Luiz de Araujo. "Era sanguinario, realmente un símbolo", añadió.
El tamaño del Complexo de Camará y el arsenal de armas con el que se defendía dificultó siempre su captura. Según testigos y policías, 'Matemático' estaba siempre fuertemente escoltado con armas de grueso calibre.
"Hubo situaciones en las que preferimos retroceder porque el riesgo era demasiado grande", recordó Fernando Veloso de la Policía Civil.
Hace 20 días fue arrestado el número dos de su banda, Joaozinho da Vila Kennedy, entre otros criminales de la banda. Joaozinho también era investigado por encabezar una banda de secuestros express.
Rio de Janeiro posee unas 1.000 favelas donde reside un tercio de los habitantes de la ciudad, o sea cerca de 1,5 millones de personas.
El gobierno de Rio comenzó en 2008 las llamadas "pacificaciones" de favelas y ha retomado el control de más de 20 de ellas de manos de narcos y milicianos y prevé retomar otras tantas para 2014, antes del Mundial de fútbol.
Con estas tomas -generalmente apoyadas por las Fuerzas Armadas- los narcotraficantes huyen a otras favelas de la ciudad, generalmente en la zona norte, donde la previsión de "pacificación" es incierta, generando al mismo tiempo enfrentamientos entre facciones criminales.
La más impresionante megaoperación policial-militar de ocupación fue la desplegada en noviembre de 2010 para arrebatar el control de las favelas del Complexo do Alemao, donde viven unas 400.000 personas. La operación se produjo tras varios días de enfrentamientos que dejaron 37 muertos.
La última fue el 13 de noviembre pasado en la favela Rocinha, la mayor de Brasil y en manos del narcotráfico por 30 años.
Pero a pesar de la presencia policial, el narcotráfico ya ha intentado recuperar sus antiguos feudos, principalmente con asesinatos, ajustes de cuentas, robos y buscando formas para reanimar el comercio de drogas.