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Geopolítica

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Polonia no vive una dictadura de terciopelo

El editor del periódico Gazeta Wyborcza asegura que el actual gobierno de Szydlo, le recuerda tiempos soviéticos.

Beata Wojna es embajadora de Polonia en México desde tres años atrás. Recibe a El Economista en su oficina de la muy transitada calle Cracovia al sur de la ciudad de México. Wojna revela que el comercio entre ambos países creció 20% en el 2015 con respecto al año anterior mientras que el acumulado durante los últimos cinco años ha crecido 52%. La cifra anual es de 1,200 millones de dólares. Sobre el tema político, la embajadora niega lo señalado por Adam Michnik, editor del periódico Gazeta Wyborcza, con respecto al recuerdo que él tiene de la Polonia comunista cuando actualmente se manifiesta en contra del gobierno de la primera ministra, Beata Szydlo, y del presidente Andrzej Duda, ambos pertenecientes al partido conservador de derecha Paz y Justicia. Wyborcza califica al régimen actual como dictadura de terciopelo .

Temas como el aborto y la adopción de refugiados han descubierto una cara conservadora e intolerante del actual gobierno. ¿Polonia es una dictadura de terciopelo?

Adam Michnik exagera. Durante ocho años tuvimos un partido de centro derecha liberal, Plataforma Cívica, fue un periodo muy bueno en cuanto al crecimiento económico. El año pasado, el partido de derecha conservadora Paz y Justicia obtuvo la mayoría absoluta en el parlamento. El gobierno actual muestra más atención en valores tradicionales de la sociedad polaca, en particular con aquellos que tienen que ver con los que defiende la iglesia católica.

El actual presidente del partido Paz y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, señala al presidente del Consejo de Europa, el polaco Donald Tusk, como corresponsable de haber derribado el avión en el que viajaba el entonces presidente Lech Kaczynski en el 2010. El análisis sobre el accidente determinó que la torre de control le advirtió al piloto el mal tiempo que había en la pista de la base naval Smolensk, Rusia.

El accidente ocurrió durante el gobierno de Donald Tusk y actualmente es un tema que genera tensión; murieron alrededor de 90 personas, entre ellas, el presidente polaco. El actual gobierno considera que la investigación no fue bien realizada por lo que el juicio se ha reabierto. Parte del enrarecimiento es que el avión no ha sido devuelto a Polonia.

Parte de las críticas hacia el actual gobierno polaco es que se ha negado a aceptar la cuota de refugiados que le asignó la Comisión Europea a Polonia.

El gobierno polaco dice que primero tiene que resolverse el conflicto sirio. Polonia aporta fondos para levantar campamentos de refugiados en países cercanos a Siria, como Jordania, por ejemplo.

La de los refugiados es una de las grandes crisis de los últimos años. La asignación de la cuota no ha sido óptima por parte de la Unión Europea porque muchos de los refugiados desean viajar a países con buenas condiciones sociales. No necesariamente quieren ir a Polonia porque los montos que se asignan a los refugiados no son los mismos que reciben los que viajan a Alemania y a los países escandinavos, por ejemplo.

En segundo lugar, ha influido el tema de seguridad. Recuerda que uno de los terroristas que atacaron Bélgica era un refugiado que logró beneficiarse de la acogida europea.

¿Le preocupa el ascenso de los nacionalismos?

Es el resultado de varias crisis que ha tenido la Unión Europea desde el 2005, cuando se intentó aprobar la Constitución Europea, y países como Francia y Holanda la rechazaron.

Después vino la crisis en el 2008. Fue la crisis económica que impactó a Grecia, socialmente no se ha logrado recuperar Europa del impacto. Esa es la base de los nacionalismos que vemos.

Si en México los problemas de seguridad y narcotráfico son de los más críticos, ¿cuáles son los principales que tiene Polonia?

Los retos y amenazas que pueden surgir desde el exterior. Principalmente, con Rusia y el espacio postsoviético.

En México se declaró una guerra en contra del narcotráfico. ¿En su país viven una guerra contra esas amenazas?

No. Tampoco quiero presentarlo como guerra. Hay una guerra cerca de Polonia, en Ucrania, tenemos una frontera de 350 km con ese país. En su parte Oriental tienen una guerra. Y además hace poco perdió parte de su territorio.

¿Afectan los problemas de corrupción y seguridad de México a los empresarios polacos que desean invertir aquí? ¿Cómo ven a México?

Con un potencial enorme. México es la economía 15 del mundo. Si los problemas de seguridad y corrupción se eliminaran, México despegaría de una forma increíble.

A nivel social y empresarial, ¿lo que transmiten los medios de comunicación polacos influye en la percepción, y ésta en la decisión de invertir o no en México?

En Polonia obviamente aparecen los problemas internos de mi país y de la UE, como en México. Aunque sí aparecen noticias sobre México y sus problemas. Esa es un poco la imagen que llega a los empresarios a través de los medios de comunicación. También es importante resaltar que empresarios de Polonia cada vez se globalizan más.

¿Qué sectores se están globalizando en Polonia?

Sectores de autopartes y camiones, ventanas, cosméticos y minería.

¿Cómo se compone el comercio entre Polonia y México?

Las autopartes y autos representan 20% del comercio. Una quinta parte.

El porcentaje restante son: agroalimentos, maquinaria, aviones, productos químicos, cosméticos y equipamiento de hospitales.

Sobre inversiones mexicanas en Polonia, ¿cuáles son las principales?

Desde que Polonia ingresó en el 2004 a la Unión Europea han crecido las inversiones. La primera fue Cemex, después Katcon, Nemak y recientemente Grupo Industrial Saltillo.

¿Cuántas empresas polacas hay en México?

Hay 53 empresas en México. Se encuentran en el sector servicio: turismo, gastronomía, y recientemente hay un fenómeno interesante, en autopartes. En Tlaxcala hay un proveedor polaco para Audi, VW; otra empresa polaca de autopartes construye una planta en Guanajuato.

¿En cuanto a contactos políticos; son suficientes para fortalecer la relación?

José Antonio Meade viajó a Polonia en mayo de 2015, después de 11 años de que un canciller mexicano no lo hacía. Fue una visita emblemática porque a partir de ese momento han existido tres consultas políticas. Es posible que en 2017 viaje a México nuestro presidente.

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