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Geopolítica

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Scotland Yard, rebasada por disturbios en Londres

La policía británica reconoció que se enfrenta a una situación sin precedentes, debido a la "naturaleza y la amplitud de la violencia".

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Agentes de otras regiones del país, especialmente de Lancashire y de Great Manchester (noroeste de Inglaterra), formados en el mantenimiento del orden, fueron enviados a la capital.

Irlanda del Norte, provincia británica víctima habitual de conflictos político-religiosos, propuso enviar 20 Land Rover blindados.

La ministra del Interior, Theresa May, descartó, al menos de momento, recurrir al ejército o a los cañones de agua tal como reclamaron algunos políticos locales para devolver la calma a las calles londinenses.

Reino Unido dispone de seis cañones de agua, pero todos están desplegados en Irlanda del Norte, que sufrió altercados en julio.

"La policía británica no trabaja con cañones de agua. La policía británica trabaja con el apoyo de las diferentes comunidades", resumió May.

La labor de las fuerzas de seguridad, que han sido atacadas estos días con ladrillos, palos y botellas, está dificultada también por la tremenda movilidad de los alborotadores, a menudo encapuchados, que se comunican esencialmente a través de un servicio de mensajería gratuita de los teléfonos Blackberry.

La configuración de Londres, donde las viviendas sociales están repartidas por toda la ciudad, incluidos los barrios más acomodados, también es propicia a la propagación de los disturbios, lo que obliga a la policía a dispersar sus fuerzas, con el riesgo de que su actuación sea totalmente ineficaz.

Estos disturbios inéditos en los últimos 20 años se producen, además, en un momento muy malo para la policía.

CASO MURDOCH, UN LASTRE

La reputación de Scotland Yard, acusada de estar muy próxima a los dirigentes del grupo de prensa de Rupert Murdoch, se ha visto empañada recientemente por el escándalo de las escuchas telefónicas que provocó la dimisión en julio de su jefe, Sir Paul Stephenson, que aún no fue sustituido.

Hace unos meses, la policía metropolitana ya había sido fuertemente criticada por su gestión de las manifestaciones estudiantiles que degeneraron en Londres y por un ataque al coche del príncipe Carlos.

La moral de los agentes tampoco está en su mejor momento, después de que el presupuesto de la policía será recortado un 20% de ahora a 2014-2015. Un desafío teniendo en cuenta que Londres debe albergar en menos de un año los Juegos Olímpicos.

La ministra del Interior, Theresa May, quiso enviar este martes un mensaje tranquilizador, asegurando que las autoridades "mirarán lo que es necesario" para garantizar unos Juegos sin incidentes.

JSO

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