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Tras batalla, ahora la guerra presupuestal
Ambos bandos intentaron apropiarse del triunfo para la siguiente etapa, que incluye la lucha por aumentar la capacidad de endeudamiento del gobierno, así como reducir el déficit de largo plazo mediante la reconfiguración de Medicare y Medicaid.
Washington, DC. El disputado acuerdo alcanzado al filo de la medianoche del viernes apenas evitó un cierre parcial del gobierno y preparó el terreno para batallas presupuestarias de mayor calibre en el futuro inmediato, entre los vigorizados republicanos de la Cámara Baja y los demócratas que controlan el Senado.
Tras alcanzar un pacto que recorta 38,000 millones de dólares del gasto actual y otorga al gobierno fondos por el resto del año fiscal, tanto republicanos como demócratas de inmediato se adjudicaron la victoria.
Ambos bandos intentaron adueñarse del impulso para la siguiente etapa, que incluye la lucha por aumentar la capacidad de endeudamiento del gobierno, y la propuesta republicana, contenida dentro de su plan de presupuesto del 2012, que contempla reducir el déficit de largo plazo mediante la reconfiguración de Medicare y Medicaid.
El Congreso casi se ahogó con el presupuesto de medio año, colocando a Washington en un punto muerto dramático la semana pasada. El espectáculo no fue sino un ensayo para las batallas que se perfilan esta primavera y que habrán de determinar si el gobierno cae en default y que podrían definir el panorama político para la elección presidencial del 2012.
Las inminentes batallas sobre el gasto podrían introducir una amplia gama de cambios de estrategia, que afectarían los servicios de salud, los temas sociales más relevantes, la regulación ambiental y el esquema fiscal.
No habrá que esperar mucho para la primera ronda de peleas. Esta misma semana, la Cámara Baja deberá votar sobre el proyecto republicano para el 2012. El plan, presentado la semana pasada por el presidente del Comité del Presupuesto, Paul Ryan de Wisconsin, reduciría el gasto en 6 billones (millones de millones) de dólares en la próxima década, en parte al introducir profundas reducciones a programas de asistencia pública.
Cuando ambas cámaras regresen de un receso de dos semanas el 2 de mayo, se iniciará el debate sobre el plan de elevar el tope del endeudamiento federal, hoy ubicado en 14.25 billones. Las proyecciones muestran que dicho límite quedaría rebasado a mediados de mayo y aunque el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ha dicho que podría alargar el plazo con medidas de emergencia, el Congreso deberá elevar el techo antes del 8 de julio o la deuda del gobierno caería en default.
Una situación así, advierten los economistas, ocasionaría que las tasas de interés se dispararan y se generaría otra crisis financiera. Este sábado, el presidente Obama firmó una orden ejecutiva de emergencia para evitar el cierre de dependencias federales, mientras el Congreso aprueba la medida de más largo plazo.
La reducción acordada representa unos 78,500 millones menos que lo solicitado por Obama. Según el republicano de Georgia, Jack Kingston, quien ya era legislador en 1995, cuando ocurrió el más reciente cierre parcial del gobierno, el drama de la semana pasada demostró que ninguno de los partidos teme a un debate público encarnizado y el cierre parcial del gobierno sigue siendo una opción.