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Venezuela afirma que Maduro y enviado de Trump tuvieron reunión respetuosa sobre migración
Richard Grenell, y el mandatario venezolano Nicolás Maduro se reunieron en Caracas, en un encuentro marcado por el "respeto mutuo", dijo el gobierno chavista.
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El presidente venezolano, Nicolás Maduro.
El enviado de Donald Trump, Richard Grenell, y el mandatario Nicolás Maduro se reunieron el viernes en Caracas, en un encuentro marcado por el "respeto mutuo" en el que se trató el tema migratorio, las sanciones y los estadounidenses detenidos, dijo el Gobierno de Venezuela.
En la reunión "se ratificó además la necesidad de darle un giro a las relaciones" entre ambos países", señaló el Gobierno de Maduro.
Los dos países tienen una historia complicada reciente, marcada por relaciones diplomáticas rotas, sanciones y acusaciones de actividad criminal y conspiraciones golpistas.
Pero comparten intereses en varios asuntos bilaterales, incluida una licencia que permite a la petrolera Chevron operar en el país sudamericano, el encarcelamiento de estadounidenses en Venezuela y una amplia ofensiva de Trump contra la inmigración que aumentará las cifras de deportaciones.
Trump dijo la semana pasada que su gobierno probablemente dejaría de comprar petróleo de Venezuela. El viernes, señaló en la Casa Blanca que su Gobierno analiza qué hacer para "enderezar" la situación en Venezuela, sin dar detalles.
Trump también ha dicho que expulsará de Estados Unidos a los miembros de la banda criminal venezolana Tren de Aragua y los medios han informado de que Estados Unidos está trabajando en un acuerdo con El Salvador para aceptarlos.
El fiscal general venezolano, Tarek Saab, dijo la semana pasada que su país destruyó definitivamente la pandilla en Venezuela en 2023, pero que su oficina está dispuesta a reiniciar la cooperación legal con Estados Unidos para extraditar a los miembros venezolanos de la banda.
La reunión Grenell-Maduro "no es una negociación a cambio de nada", dijo Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Estados Unidos para América Latina, en una llamada previa al viaje del secretario de Estado, Marco Rubio, a América Central y el Caribe y del encuentro en Caracas.
"Estados Unidos y el presidente Trump esperan que Nicolás Maduro acepte de regreso a todos los criminales y pandilleros venezolanos que han sido exportados a Estados Unidos, y que lo haga de manera inequívoca y sin condiciones, en primer lugar, como esperaríamos de cualquier otro país del mundo. Y eso no es negociable", dijo.
No está claro cuántos estadounidenses o ciudadanos con doble nacionalidad están detenidos en Venezuela, pero funcionarios venezolanos han hablado públicamente sobre al menos nueve. Los funcionarios de Maduro han acusado a la mayoría de ellos de terrorismo y han dicho que algunos eran "mercenarios" de alto nivel.
Venezuela ha acusado regularmente a miembros de la oposición y detenidos extranjeros de conspirar con entidades estadounidenses como la CIA para planificar ataques terroristas. Los funcionarios estadounidenses lo han negado constantemente.
"Los rehenes estadounidenses que están detenidos en Venezuela no solo son inaceptables, sino que deben ser liberados de inmediato", agregó Claver-Carone.
A fines de 2023, el gobierno de Venezuela liberó a docenas de prisioneros, incluidos 10 estadounidenses, después de meses de negociaciones, mientras que Estados Unidos liberó a un aliado cercano de Maduro.
El Ministerio de Comunicaciones de Venezuela confirmó que se llevaría a cabo la reunión entre el mandatario y el enviado de Trump.
El gobierno de Joe Biden restableció en abril amplias sanciones petroleras después de que dijera que Maduro no cumplió sus promesas de una elección presidencial libre el año pasado, así como sanciones selectivas a decenas de funcionarios.
La victoria de Maduro en esa votación del 28 de julio, respaldada por el gobierno, es cuestionada por la oposición, los observadores internacionales y numerosos países occidentales, incluido Estados Unidos.
El Gobierno de Maduro siempre ha rechazado las sanciones de Estados Unidos y otros países, diciendo que son medidas ilegítimas que equivalen a una "guerra económica" diseñada para paralizar a Venezuela.