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15 años después, bolsa española bate cota de los 10,000 puntos

La primera vez que el Ibex conquistó la cota 10,000 fue, en términos bursátiles, otra era: el 23 de marzo de 1998.

Dice el lugar común que la Bolsa siempre sube a largo plazo. Los hechos, y algún que otro premio Nobel, desmienten parcialmente este mito. Sí, la Bolsa muchas veces sube a largo plazo. Pero también pasa baches muy largos y pronunciados. Hoy el Ibex se ha situado por encima de los 10,000 puntos, cota que perdió por última vez en la primavera de 2011, cuando arreciaba la crisis de deuda. En esta década y media no ha ofrecido rentabilidad, si bien a través de los dividendos el índice ha ganado alrededor de un 70 por ciento.

La primera vez que el Ibex conquistó la cota 10,000 fue, en términos bursátiles, otra era: el 23 de marzo de 1998. Por aquel entonces las acciones se compraban con pesetas, quien tenía Internet se tomaba un café mientras su ordenador cargaba las páginas, los pisos se podían pagar y localizar a alguien si no estaba en su casa o en su trabajo aún no estaba garantizado.

Los mercados, en aquella época, se recuperaban de alguno de los sustos que sirvieron de aperitivo a la descomunal crisis financiera actual. Recuperados del crac asiático de 1997, el Ibex enfilaba el camino alcista con decisión, hasta que en verano de 1998 los mercados volvieron a hacer crac tras la devaluación del rublo y el impago de la deuda rusa.

El contagio castigó con gran dureza a los mercados de América Latina (donde las grandes empresas españolas habían empezado a desembarcar) y provocaron la quiebra del fondo LTCM, gestionado por dos brillantes premios Nobel de Economía. El Ibex se desplomó un 34%, pero el rescate del fondo y las bajadas de tipos devolvieron el ánimo a los mercados.

De hecho, quizá el ánimo fue excesivo. 1999 fue el año de la burbuja tecnológica, de la fiebre por las puntocom, del efecto 2000 y la salida a Bolsa de Terra, cuando se pensaba que la economía y los mercados habían entrado en una época de virtuosa estabilidad y crecimientos continuos. El Ibex marcó récord en 12,816 puntos en marzo de 2000. La exuberancia irracional de la que había hablado Alan Greenspan (copiando la cita del recién galardonado Robert Shiller) se había acabado. Tras el crac tecnológico llegó el 11-S y la caída de Enron y Worldcom. La caída del Ibex fue brutal: un 58% hasta el mínimo de septiembre de 2002, 5,364 puntos.

La recuperación empezó allá por marzo de 2003 (por aquel entonces empezó la guerra de Irak) y, apoyado en la burbuja inmobiliaria y el crédito fácil (de nuevo se bajaron tipos para compensar la crisis financiera), el Ibex entró en una nueva espiral alcista que duró casi un lustro. La crisis subprime estalló en verano de 2007, pero el apoyo de los bancos centrales no solo mantuvo al enfermo con vida: en noviembre de ese año marcó récord cerca de 16,000 puntos. Había subido un 200% desde 2002.

Lo que viene después es más o menos sabido. El castillo de naipes empezó a tambalearse con las pérdidas sufridas por la banca de EE UU por su exposición a hipotecas, amenazó con caer en marzo con el crac de Bear Stearns y se derrumbó completamente en octubre de 2008 con la quiebra de Lehman. La Bolsa cayó otro 57% hasta marzo de 2009. Recuperó un 80% hasta que en 2010 empezó la crisis de deuda europea, que llevó al Ibex a caer, otra vez, más de un 50%. Fue el verano pasado cuando España estuvo al borde del rescate, se puso en cuestión la propia existencia del euro y se habló de corralito. El Ibex rozó los mínimos de 2002 y había caído un 62% desde los máximos de 2007.

La estabilidad proporcionada por la promesa del BCE ha permitido al Ibex recuperar un 66% desde entonces. De nuevo en los 10,000 puntos, 15 años después.

En alianza informativa con

fondos@eleconomista.com.mx

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