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Cambio de política

Uno de los fenómenos económicos que surgieron con la crisis hipotecaria del 2008 y su profundo impacto en la economía mundial fue la necesidad de instrumentar una política monetaria extremadamente laxa, con el propósito de inyectarle un mayor dinamismo a la demanda agregada y evitar de esta forma que el mundo se sumergiera en una depresión de proporciones legendarias.

Prácticamente todas las economías de libre mercado redujeron sus tasas de política y, en algunos casos, se pudo observar recortes agresivos que las llevaron a niveles nunca antes observados de 0% o incluso, negativas. Esta práctica fue mayormente registrada en los países avanzados, que son los que entraron en etapa de recesión; aunque también el bloque de economías emergentes optó por disminuir sus tasas de referencia, con el propósito de apoyar la actividad económica.

Ahora que el proceso de reactivación económica se ha consolidado en Estados Unidos, la Reserva Federal ha empezado a retirar parte de los estímulos monetarios, así como a restringir la política monetaria a través de un mayor nivel de la tasa de interés, lo que se ha convertido en fuente de volatilidad en los mercados financieros por el posible impacto que esta estrategia pudiera tener sobre el redireccionamiento de los flujos de capital y el consecuente choque sobre la valuación de las monedas que registren dichas salidas de capital.

De esta forma, además de los temas estructurales a nivel mundial, como la tendencia de los precios del petróleo, conflictos geopolíticos, crecimiento económico, etcétera, ahora los analistas y participantes tienen una nueva fuente de incertidumbre, que es la política monetaria en Estados Unidos.

Uno de los elementos clave para tratar de anticipar el posible comportamiento de la política monetaria en el vecino país del norte es la tendencia de los diferentes indicadores de empleo. En este sentido, las estadísticas más recientes han sido decepcionantes y consistentes con la etapa de desaceleración de la economía estadounidense.

De acuerdo con la Oficina de Empleo de Estados Unidos, la nómina no agrícola sumó 38,000 nuevos puestos durante el mes de mayo, cifra que resultó muy por debajo de lo esperado por el mercado, que estimaba 155,000 nuevos puestos, y por debajo también de la cifra previa de 160,000.

Hay que destacar que los datos anteriores se revisaron igualmente a la baja, al restarse 59,000 puestos de trabajo a la estadística de los dos últimos meses. El sector que más contribuyó a la generación de empleo durante mayo fue el de servicios, con 61,000 empleos nuevos y el sector que más empleo destruyó fue el productor de bienes, que restó 36,000 plazas.

Es importante destacar que a pesar de este descalabro en la nómina no agrícola, la tasa de desempleo en mayo bajó de 5 a 4.7%, mientras que la tasa de subempleo permaneció en 9.7 por ciento. Por otro lado, se percibe que los ingresos avanzaron en forma más lenta durante mayo, toda vez que el crecimiento en términos anuales fue de 2.5%, igual que la variación registrada en el mes anterior.

La evolución reciente del empleo, sin ser desastrosa, hace pensar que la Reserva Federal mantendrá sin cambios la tasa de interés de los fondos federales, con el propósito de esperar por más información que dé más indicios de la fortaleza de la actividad económica.

Un elemento adicional que soporta la idea de que la Fed mantendrá sin cambios la tasa de interés son los recientes comentarios de Janet Yellen en Filadelfia, donde hizo un análisis de la evolución de la economía estadounidense. En términos generales, Yellen se mostró optimista con respecto a la evolución del mercado laboral, a pesar del dato reciente de la nómina no agrícola.

Asimismo, destacó la existencia de cuatro factores de riesgo para la actividad económica: una menor demanda, caída en los índices de productividad, una divergencia en la tendencia de la inflación respecto del objetivo de 2% y posibles complicaciones en el entorno internacional.

La presidenta de la Fed también destacó que si las cifras por venir resultan consistentes con un mayor fortalecimiento del mercado laboral y con una inflación cercana al objetivo de 2%, sería recomendable incrementar gradualmente la tasa de los fondos federales, con el propósito de alcanzar y mantener las metas macroeconómicas.

Al referirse a los últimos datos de empleo, explicó que son inquietantes y que representan una fuente de incertidumbre; no obstante, matizó la severidad de la caída en el empleo, al referir que existen fuerzas positivas que respaldan el fortalecimiento del mercado laboral y una mayor inflación, lo que dará sustento a una mayor expansión económica y con ello, a un mejoramiento adicional en el mercado laboral, en el futuro.

De esta forma, todo hace pensar que el próximo 15 de junio no habrá movimiento en la tasa de interés de los fondos federales y que será hasta el tercer trimestre cuando, una vez retomada la senda del crecimiento y el fortalecimiento del mercado laboral, la Fed incremente la tasa de interés. Por lo pronto, los analistas seguirán haciendo apuestas sobre el futuro de la política monetaria en Estados Unidos y esto se verá reflejado en una mayor volatilidad de los mercados financieros.

*Manuel Guzmán M es director de Asset Management en Monex Grupo Financiero.

mguzmanm@monex.com.mx

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