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Commodities: el rebote del gato muerto
Para entrar en prospectiva, permíteme tomar tracción desde un ángulo de retrospectiva y, para hacerlo claro y directo, diré en breve que el espíritu eternamente alcista en la canasta total de commodities necesita ser un ánimo que, parece, dio lo mejor que tenía que dar por el momento.
Para entrar en prospectiva, permíteme tomar tracción desde un ángulo de retrospectiva y, para hacerlo claro y directo, diré en breve que el espíritu eternamente alcista en la canasta total de commodities necesita ser un ánimo que, parece, dio lo mejor que tenía que dar por el momento.
Hablar de canasta de commodities es como tener un carrito en el supermercado y pasar por los diferentes pasillos, tomando cosas del anaquel. Imagina que los pasillos están ordenados por categorías y tendrás el pasillo de energéticos, metales base, metales preciosos, granos, oleaginosas, entre los más dominantes.
Ahora imagina que ese gran supermercado es uno de estos macrocentros de membresía y sólo los socios pueden entrar.
Si hasta aquí sigues la idea, imagina que cada socio, una vez dentro, manifiesta un hábito de compra diferente: algunos comprarán más en el pasillo de los energéticos; algunos otros comprarán mucho maíz y trigo, pero no comprarán soya ni harina de soya; otros comprarán mucho café y mucha azúcar, y otros comprarán oro, plata y platino, sin dejar de llevar cobre y un poco de todo.
Cada uno de estos individuos lo que está haciendo es un índice antiinflacionario, comprando una canasta de commodities que mantendrán por mucho tiempo, pues los precios no van a bajar, sólo van a subir en el futuro, según su análisis.
De pronto, algo se desacomoda y entra el pánico; cambian de idea y siempre no, todo lo anterior hay que replantearlo y salir de la canasta de commodities; si has seguido el precio últimamente, te darás cuenta que alguien decidió emprender la graciosa huida, cambiaron de idea y están abandonando el barco.
En esta acción, el maíz, el trigo y la soya, básicamente, ya vieron sus precios máximos y el cambio de dirección es dramático, pues nos habían vendido una historia distinta.
Así es esto de la especulación, digamos pues que si los precios suben será como rebote de gato muerto, hasta que no nos cambien la tendencia nuevamente.
¿Sabes cuál es el rebote de gato muerto en los mercados?
En la analogía, digamos que si subes hasta la punta de un rascacielos con un lindo gatito en los brazos y desde el mirador en la azotea, sin que nadie te vea, lanzas al gatito al vacío, éste recorrerá la altura del edificio en caída libre, acelerando uniformemente su inercia de baja con cada metro que cae, lógicamente una vez que lanzas el gato al vacío, lo das ya por muerto; sin embargo, éste oficialmente no lo está.
El gato seguirá su ímpetu acelerado de caída llamado por la gravedad y, llegado el momento del impacto, es ahí donde se da el rebote del gato muerto, pues al estrellarse con el suelo el gato no lo perfora, ni tampoco pierde su inercia súbitamente. El gato rebota con el contacto un poco, pues no queda inmediatamente incrustado en el suelo.
En los mercados la acción es caer; sin embargo, llegando al piso, rebota. Esto responde a que a cada acción corresponde una reacción, de igual proporción pero en sentido contrario.
Lógicamente el gato no rebota en igual proporción, pues en el impacto reparte energía con el suelo.
Y, si puedes visualizar en cámara lenta al gato haciendo contacto y rebotando, ya sabes de qué te estoy hablando.
Dejemos pues que los mercados sigan en franca caída y las alzas de momento las calificamos como rebote de gato muerto, y tú, ¿seguirás viendo el rebote o te darás por muerto?
Administra tus riesgos, éste es el reinado de la volatilidad.
aochoa@rjobrien.com