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Consideraciones sobre la renegociación del TLCAN

Estamos a menos de dos semanas de que inicie la renegociación del TLCAN. En este artículo trataremos de reseñar cuáles deben ser las prioridades para México y cuáles son los puntos más delicados en la negociación tripartita.

Estamos a menos de dos semanas de que inicie la renegociación del TLCAN. En este artículo trataremos de reseñar cuáles deben ser las prioridades para México y cuáles son los puntos más delicados en la negociación tripartita. Para comprender adecuadamente lo que probablemente ocurrirá en las negociaciones del TLCAN, es importante tener en cuenta dos antecedentes

Primero, desde la firma del TLCAN hace 23 años, los acuerdos de libre comercio se han extendido por el mundo. México por su cuenta ha firmado otros 11 tratados de libre comercio después del TLCAN, de manera que actualmente como país contamos con una red de 12 tratados de libre comercio con 46 países. En consecuencia, el contenido de los acuerdos ha tenido una evolución, al igual que las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Pensemos en los adelantos de las economías, las tecnologías y las formas nuevas de hacer negocio, acaecidos en los últimos 23 años. En consideración de todo lo anterior, es muy fácil comprender que el TLCAN requiere ser actualizado en prácticamente todos sus capítulos.

El segundo antecedente es lo que implicó la entrada de China a la OMC para el comercio entre los países de América del Norte. China desplazó primero a México (2003) y luego a Canadá (2007), para convertirse en el primer proveedor de EU. Y no sólo eso, EU perdió participación en el mercado de importaciones de México. En 1993 las importaciones mexicanas procedentes de EU representaban 78% del total. Para el 2015 era de 54 por ciento. Los 24 puntos de diferencia se los llevó China.

De manera similar, del mercado de importaciones canadiense, EU participaba con 23.5% entre 1993 y el 2005, pero declinó para ubicarse en 18.3% en el 2016. La diferencia de 5.2 puntos porcentuales fue ganada por China. A pesar de esto, la integración de las cadenas industriales en América del Norte es notable. Pongamos como ejemplo las importaciones estadounidenses procedentes de México y Canadá. El contenido de EU de las importaciones desde México es de 40% y desde Canadá, de 25 por ciento. Para el caso de la industria automotriz el contenido estadounidense de las importaciones desde México oscila entre 47 y 85 por ciento. Compare estas cifras con las importaciones procedentes desde China, que solamente tienen un contenido de EU de 4 por ciento.

Entre los puntos de actualización y modernización en el TLCAN que no deberán tener mayor impacto en las reglas de juego establecidas en el tratado original, consideramos los siguientes: normas sanitarias y fitosanitarias; barreras técnicas al comercio; aspectos laborales; medio ambiente; derechos de propiedad intelectual; empresas estatales; compras de gobierno; políticas de competencia; pequeñas y medianas empresas; buenas prácticas regulatorias; trasparencia; anticorrupción; moneda. Aquí también podría caber la negociación de acceso a mercado de bienes agropecuarios entre México y EU, no así entre Canadá y EU.

Lo más importante para México

Estamos totalmente de acuerdo con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, de que la mayor prioridad para México debe ser Fortalecer la competitividad de América del Norte frente a otras regiones del mundo . Los segmentos económicos que mejor funcionan en México se encuentran integrados a la Cadena de Producción de América del Norte. Como resultado, existe una fuerte integración manufacturera en ambos lados de la frontera México-EU, la cual se ha convertido en una zona productiva de trascendencia mayor. Las industrias relevantes en este modelo son, en orden de importancia: equipo de transporte, productos de cómputo y comunicación, electrodomésticos y maquinaria. Para el caso del sector servicios, tampoco es casualidad que los segmentos más dinámicos sean los que están más cerca del comercio con América del Norte, sobresaliendo transporte, telecomunicaciones, transferencia de datos y servicios financieros e inmobiliarios.

En la renegociación del TLCAN es prioridad para el gobierno mexicano fortalecer la competitividad de las industrias que ya están integradas en la Cadena de Producción de América del Norte y lograr la integración de aquellas industrias que se han rezagado en este proceso.

En este sentido, son de llamar la atención los señalamientos de EU para aumentar las oportunidades competitivas de su industria de productos textiles y de prendas de vestir.

Relevancia

Para México es crucial la renegociación de las Reglas de Origen. Considere el caso de la industria automotriz. Las reglas de origen señalan un contenido regional de 62.5% para autos, camiones ligeros, motores y transmisiones. Y de 60% para los demás vehículos y autopartes. Si la negociación fuera aumentar el contenido a 70% desde los parámetros vigentes en un periodo muy corto, el resultado para México sería desastroso porque inversiones en México de países como Alemania, Japón y Corea de Sur, al verse imposibilitadas de cumplir con el nuevo parámetro, tendrían que regresar a sus países de origen o trasladarse a otro país, como podría ser Brasil o algunos del variado menú asiático.

Este ejemplo hipotético nos ayuda a clarificar, que si bien es deseable tratar de aumentar el contenido regional de las reglas de origen, dicho incremento no debe ser demasiado agresivo ni en términos de porcentaje, ni mucho menos en términos del plazo de convergencia, a riesgo de que las medias adoptadas puedan ser claramente contraproducentes.

Otros aspectos importantes que México tiene que lograr para fortalecer la Cadena de Producción de América del Norte son:

Mejores procedimientos aduaneros en ambos lados de la frontera, para agilizar sustancialmente el tránsito de mercancías.

Establecer mecanismos de cooperación en la frontera que contribuyan a desarrollar la zona incluyendo temas de seguridad y migración.

Instaurar mecanismos innovadores de movilidad laboral buscando ampliar las categorías de entrada de personas de negocios y mejorar significativamente tiempos de respuesta en el visado por parte de Estados Unidos.

Implementar programas de desarrollo de competencias laborales que faciliten la adaptación de los trabajadores a los cambiantes requerimientos del mercado laboral.

El interés expresado por EU en lograr mayor presencia de sus empresas en los sectores de energía y de servicios de telecomunicación, transferencia de datos y financieros debe ser aprovechado por México para lograr un incremento significativo de las inversiones estadounidenses en México dentro de los sectores mencionados.

La parte mexicana está de acuerdo en liberar el potencial derivado de los cambios en la industria energética nacional; impulsar el desarrollo del comercio electrónico, servicios financieros en plataformas digitales, y profundizar en la integración de los mercados financieros en la región de América del Norte.

Para esto serán muy relevantes las negociaciones en los capítulos de: energía, inversiones, comercio electrónico, flujo de datos, localización de datos y de acceso a mercados en Servicios Financieros y de Telecomunicaciones.

Es desafortunado que la tan necesaria actualización del TLCAN y la renegociación de algunos de sus capítulos hayan sido iniciativa de un gobierno estadounidense que tiene una visión mercantilista del comercio internacional y un prejuicio negativo en contra del TLCAN. En consecuencia, la renegociación nace politizada por el lado de EU y este sesgo se verifica en objetivos inauditos para una negociación de esta naturaleza, como la de reducir el déficit con México o ampliar el superávit con Canadá, y si esto no se lograse, entonces EU se retiraría.

La propuesta de eliminar el Capítulo 19, es de sensibilidad extrema para Canadá, por lo que el papel de México debe ser de suma prudencia al respecto. Una visión exagerada de EU en relación con comprar americano o primero América en el desahogo de los diferentes capítulos tensará innecesariamente las negociaciones y no descartamos que esta condición sea la regla y no la excepción. El sigilo sobre las negociaciones es imperativo, toda vez que de lo contrario éstas se pueden contaminar ante los calendarios electorales de México y EU.

*Ismael Capistrán es Chief Economist de Signum Research.

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