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El mercado de fondos en México, ¿susceptible al comportamiento del yuan?

Mientras los mercados no se acostumbren a que China ya no crece a las tasas tan altas a las que crecía, va a seguir la volatilidad: Renata Herrerías.

China ha puesto de cabeza al mundo financiero.

Hasta antes de la depreciación del yuan, la crisis griega y la proximidad de la decisión de la Fed respecto a la modificación de sus tasas, mantenían la señal de alerta en el desarrollo de las economías globales.

A partir de la semana anterior, el radar de la inquietud se ha posicionado en la depreciación acumulada del 4.6% que mostró la moneda china, en un intento por reactivar su propia economía, según argumento del gobierno de Xi Jinping.

Para México esta nueva condición no es un asunto menor, pues se viene a sumar a un escenario donde la caída de los precios del petróleo ya había alertado, desde mediados del 2014, el desvelo de la economía nacional.

En entrevista con El Economista, Renata Herrerías, doctora en Economía y catedrática del ITAM, señala que como país emergente, en la economía mexicana siempre hay una incidencia directa de las decisiones que tome China.

¿Por qué está devaluando China?

(Algunos) dicen que porque tocaba y porque era necesario para que su moneda tuviera el curso de efecto-valor, lo que muchos están especulando es que China no ha encontrado la manera de reacelerar su economía con el consumo interno, entonces la manera de reactivarla es devaluando su moneda, para que sus exportaciones sean más competitivas y vendan más. Hay otras monedas que se han devaluado, como el real brasileño o el rublo ruso, entonces, si no devalúan el yuan, las exportaciones chinas quedan caras en relación con otras monedas.

¿Cómo se refleja eso en los mercados financieros?

Es un elemento más de incertidumbre, como los miles que ya tenemos.

¿Cuáles son esos miles?

Grecia, Irán, el precio del petróleo, el precio a la baja de los commodities, y las tasas de la Fed. China es una más de las muchas cosas que están afectando a los mercados.

¿Cuál es el efecto inmediato?

Sube la volatilidad y se devalúa nuestra moneda. Uno de sus efectos más visibles es a través de los inversionistas de bolsa o de títulos financieros en general, que analizan en paquete a los mercados emergentes. Los grandes inversionistas internacionales de países desarrollados mueven fácilmente el capital, dependiendo de su apetito de volatilidad. Una devaluación del yuan le agrega a los mercados un poco más de volatilidad.

En términos de economía real, la señal que China le está mandando a los mercados es que no hayan cómo (resolver su economía), y la única manera (que tuvieron) ahorita fue devaluar

En este contexto, ¿cuál es el escenario para el mercado de valores en México?

A los fondos de inversión de renta fija, que ahora hay que llamarlos de deuda, los que dependen básicamente de tasas de interés, parece que les va a ir mejor, porque las tasas van a subir. El clásico fondo de inversión que tenga disponibilidad diaria y que esté muy invertido en instrumentos de corto plazo, va a tener un alza en sus rendimientos con un poco más de volatilidad. A mediados de 2014, las tasas de cetes llegaron a estar por debajo del 3%, ahorita ya subieron, hoy la subasta fue de 3.01%, entonces si la inflación baja, estamos teniendo tasas reales positivas.

A los que tal vez no les vaya a ir muy bien, por esta subida de tasas y porque es difícil rebalancear los portafolios, es a los fondos de deuda de largo plazo. Quienes tienen instrumentos que fueron emitidos a una tasa mayor, cuando suben las tasas pierden valor, no es tan fácil salir a venderlos, que es lo que le pasa mucho a las afores, cuando suben las tasas vemos caídas en los saldos, observamos rendimientos negativos por algunos periodos, porque para la afore no le es tan fácil rebalancear su portafolio, si tienen un bono de 30 años, pues nadie se los va a comprar.

Ahora bien, en los fondos de renta variable vamos a ver mucha volatilidad, igual que en la Bolsa. Comparado con el IPC de este año, se observa que llegó a máximos históricos, pero volvió a bajar, entonces son movimientos muy laterales y con muchísima volatilidad. Estos fondos no van a tener un rendimiento muy alto este año, el dinero está entrando y saliendo y no se ve una clara tendencia hacia la alza.

¿Cuánto tiempo se mantendrá esta situación?

Yo creo que de aquí a fin de año, seguimos viendo estragos de la crisis del 2008. ¿Cuándo se acabaron las temporadas de volatilidad? No se han acabado. Grecia nos ha dado una lata espantosa, cada vez que los griegos hacen algo, el peso lo resiente y la volatilidad y la bolsa se desploman. Hasta que Grecia no salga del euro, los mercados van a seguir inquietos. En relación a China, mientras los mercados no se acostumbren a que este país ya no crece a las tasas tan altas a las que crecía, va a seguir la volatilidad.

¿Cómo se conducirá el sentimiento de aversión al riesgo a la hora de invertir?

La aversión al riesgo está subiendo claramente, y tan va subiendo, que el activo preferido en el mundo siguen siendo los bonos del tesoro de Estados Unidos. La aversión al riesgo se observa en países emergentes, donde no confían tanto en nosotros, o en la solidez macroeconómica, en cuestiones de Bolsa, depende mucho de las expectativas de lo que las empresas vayan a vender y vayan a crecer. Si el mercado mexicano se contrae, eso afecta en la Bolsa, porque las ganancias de las empresas en Bolsa se reducen si ya no exportan tanto, como antes de que China devaluara.

Esta volatilidad no nada más viene por el yuan, el yuan es una más de las muchas cosas que están atizando los mercados

¿Cómo influye la participación de empresas chinas en el desempeño del Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC)?

Ayuda mucho, porque al final hay transacciones. En una economía importa que la gente quiera invertir en las empresas locales, es decir, que el SIC siga siendo un mercado interesante, aunque eso no se extrapola directamente a que se quieran comprar activos mexicanos de empresas netamente expuestas en México. Por ejemplo, una empresa como Alsea, cuya exposición es netamente al mercado mexicano, y sus flujos futuros dependen de que vayamos o no a Starbucks, entonces si hay menos dinero para consumir en México, pues no es tan atractivo comprar Alsea.

¿Es de esperar que esta desventaja se acentúe?

Podría ser, en la medida en que las empresas mexicanas vieran reducidas sus exportaciones por la competencia desleal de China.

¿Cuáles son las consecuencias para empresas mexicanas instaladas en otros países de América Latina, como Cemex, Bimbo y Grupo México, por mencionar algunos?

Entre menos expuestos estén a un solo mercado, mejor posicionados estarán. Cosas muy particulares no les afectan, les afectan las cosas sistémicas como la situación del yuán, que a todo el mundo le preocupa y le está afectando. Como productor y como consumidor, al mundo le preocupa que China no crezca, porque son los principales consumidores, sobre todo de commodities. Es durísimo, si los chinos tienen menos dinero nos compran menos, y entonces baja la riqueza y el bienestar de todo el mundo.

fondos@eleconomista.com.mx

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