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El proceso de anclaje
Las autoridades en México han estado muy activas declarando, seguramente discutiendo y anunciado medidas dirigidas a anclar la estabilidad de las variables financieras en México. No es una tarea fácil, el entorno en el mundo financiero se ha vuelto muy adverso y los riesgos latentes son grandes.
Las autoridades en México han estado muy activas declarando, seguramente discutiendo y anunciado medidas dirigidas a anclar la estabilidad de las variables financieras en México. No es una tarea fácil, el entorno en el mundo financiero se ha vuelto muy adverso y los riesgos latentes son grandes. La tarea de generar estabilidad es importante no sólo por la disposición a hacerlo, sino por la elección de en dónde concentrar el amarre
La síntesis es clara. El año se ha presentado con una gran volatilidad en los mercados financieros globales. Lo anterior ha implicado una consolidación del fortalecimiento del dólar, una caída abrupta de los precios del petróleo, una reducción de las expectativas de crecimiento a nivel global y un descenso marcado en los tipos de interés en el mundo desarrollado.
Los ajustes indican que los inversionistas están desorientados. No hay certeza con respecto a la trayectoria de crecimiento, los números recientes son menos buenos que lo que vimos en el cierre del año pasado en Estados Unidos y en otras regiones. El riesgo de un aterrizaje violento en China o de episodios de presión adicional en los mercados no contribuye a un panorama más optimista. La reacción ha sido dejar los activos de riesgo y concentrarse en bonos de gobiernos, aunque la tasa que paguen sea cada vez menor.
En los mercados emergentes la situación sigue siendo muy apremiante. La posibilidad de recuperar crecimiento vía un levantamiento de los precios de bienes básicos es baja. Persiste una situación recesiva en muchas partes. Las depreciaciones contra el dólar se acentuaron durante enero. Hay temores y, en algunos casos, presiones visibles sobre la inflación. Muchos bancos centrales se han gastado reservas tratando de paliar los efectos adversos, con poco éxito.
Todos estos sucesos generaron un inicio también de ajustes fuertes en los mercados de México. El tipo de cambio del peso frente al dólar tuvo su periodo de volatilidad mayor en las últimas semanas y se ubica cerca de los 19 pesos por dólar. Las preocupaciones renacieron.
Preocupa de nuevo la inflación. La velocidad de la depreciación del peso y el nivel que ha alcanzado cargan los dados en favor de que los ajustes de precios sean mayores a lo esperado. El Banxico tendría que actuar, si fuese así, conforme a su mandato. Ahí se centra la dificultad. ¿Cómo hacerlo?
En un ambiente tan volátil en donde la percepción de los inversionistas genera virajes importantes en los mercados, no es sencillo. Intervenir de lleno el mercado cambiario con más dólares a la venta puede no servir para contener al tipo de cambio en caso de que las cosas deriven en una situación peor. Tampoco parecería ser útil un aumento de tasas en dicho caso.
Ambas acciones son útiles pero implican un manejo de riesgos.
México debe entonces dar señales de anclaje por otro lado y no en balde la discusión se volteó a reducir la preocupación por el impacto sobre las finanzas públicas y, en especial, sobre la situación financiera de PEMEX; ambas, principales víctimas de la caída en los ingresos por venta de petróleo.
Si hacemos caso a las declaraciones y se concretan recortes al gasto en Pemex y otras dependencias del gobierno hacia el 2017, ello puede ser un mensaje más contundente para limitar la especulación en México que la intervención cambiaria o un aumento de tasas independiente de lo que haga la Fed.
Estamos en medio de tal proceso de anclaje. Obviamente las medidas que se tomen dependerán de la evolución de las cosas. Lo que sí podemos tener claro es que, mientras se acentúe la volatilidad y se tengan que enviar mensajes que anclen la estabilidad, la posibilidad de concretar un año de buen crecimiento se ve limitada. No deja de ser lo correcto en un mundo tan desordenado, pero a la vez resulta frustrante para los inversionistas.
*Rodolfo Campuzano Meza es Director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario pueden ser enviados al correo: