Lectura 2:00 min
Fibras, en orden pese a entorno incierto
En general, el desempeño de los 10 fideicomisos de inversión en bienes raíces (fibras) que operan en la BMV fue positivo y estable durante el 2016, anotándose otro año con alzas de doble dígito en sus estados financieros.
En general, el desempeño de los 10 fideicomisos de inversión en bienes raíces (fibras) que operan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) fue positivo y estable durante el 2016, anotándose otro año con alzas de doble dígito en sus estados financieros.
Lo interesante es que en su mayoría no se está viendo un menor dinamismo en sus operaciones, a pesar de todo el ruido por la relación comercial futura entre México y Estados Unidos , explicó Marco Medina, analista de fibras de Grupo Financiero Ve por Más (BX+).
Los fibras cerraron el 2016 con un crecimiento promedio de 26.54% en sus ingresos al compararse con los resultados del año previo.
En la comparación anual, el flujo operativo del sector se incrementó 29.36%; el flujo de operación avanzó 17% y el ingreso neto operativo presentó un incremento de 25.31 por ciento.
La ocupación de los inmuebles se mantuvo estable y las tarifas por rentas mostraron un alza.
Industriales, más vulnerables
Los fibras que rentan parques o naves industriales parecen ser los más vulnerables al entorno actual y a las políticas comerciales del presidente de Estados Unidos, porque entre sus arrendatarios hay empresas del sector automotriz que pudieran migrar sus operaciones o sufrir incrementos de impuestos por sus exportaciones a la Unión Americana.
A pesar de que el escenario pudiera ser de aversión al riesgo y de menor apetito, agregó Marco Medina, este tipo de vehículos ofreció en el 2016 retornos no vistos desde su integración a la BMV.
Con niveles de retorno no vistos en el sector y dentro del grupo de los 11 que lo conforman, el que luce más atractivo es Terrafina por las cifras que reportó y la integración de propiedades adquiridas en los recientes meses , añadió.
Agregó que la preocupación es más de mediano plazo porque si cambia la estructura de la relación con Estados Unidos, la dinámica de bienes industriales en México se modificará relevantemente, pero no es un escenario inmediato, sino que se reflejará en tres o cuatro años.