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Inversión de verdad
La inversión económica es una decisión que lleva implícito un costo de oportunidad. Dependiendo del monto o el plazo, este costo es mayor o menor, pero de cualquier forma existe un sacrificio presente de recursos y oportunidades con la intención de maximizar valor en el futuro.
La inversión económica es una decisión que lleva implícito un costo de oportunidad. Dependiendo del monto o el plazo, este costo es mayor o menor, pero de cualquier forma existe un sacrificio presente de recursos y oportunidades con la intención de maximizar valor en el futuro.
En términos económicos tenemos inversiones de capital y en términos financieros tenemos inversiones en cartera (bonos, acciones, etcétera). En el plano internacional tenemos Inversión Extranjera Directa, que afecta el proceso productivo de un sector o industria, e Inversión Extranjera Indirecta, que va regularmente a los mercados financieros de un país.
Pero toda esa inversión que hacen las empresas tiene un impacto muy bajo en el factor que hace posible la reproducción del capital: el factor humano. El gasto en capacitación y desarrollo humano de las empresas privadas mexicanas, en promedio, apenas llega a 3% de sus ingresos brutos anuales, con lo que es difícil poder llegar a reproducir en pocos años el capital humano.
Es verdad que hay variación entre el tamaño, los sectores, las industrias y los países de las empresas en México, pero también es cierto que este tipo de inversión en capital humano, por regla general, es menor a la inversión en capital e infraestructura y menor también que la inversión financiera.
El capital humano es la forma más segura de retorno de la inversión para una empresa, pues la productividad que genera un trabajador más educado, más capacitado, más sano y más motivado tiene un retorno muy duradero en el mediano y largo plazo. Los efectos de la inversión en las personas son para toda la vida, desde el punto de vista del individuo.
Desde el punto de vista de las empresas, existe un riesgo inherente de que su capital humano, una vez que se ha capacitado o especializado, sea apropiado por otra empresa, quien puede ofrecer mejores remuneraciones. Pero también existen riesgos de obsolescencia y depreciación en la inversión de capital e infraestructura y de volatilidad alta en las inversiones de cartera.
La mejor inversión que podría hacer una empresa en el mediano y largo plazo es, sin duda, la inversión en las personas. Que las empresas puedan dar, como parte de sus remuneraciones, becas para estudios profesionales y de posgrado y que manden a sus empleados a capacitarse a congresos y seminarios tanto en el país como en el extranjero, y que además les otorguen seguros médicos familiares, es sin duda el tipo de inversión ganar-ganar para la empresa y el trabajador.
*El Dr. Eduardo Carbajal es el Director de Planeación Financiera del Tecnológico de Monterrey. Correo electrónico: edcarbaj@itesm.mx