Buscar
Mercados

Lectura 4:00 min

Irlanda, a ver qué pasa

Europa fue una de las zonas más golpeadas por la crisis económica mundial en el 2008 y el 2009.

Europa fue una de las zonas más golpeadas por la crisis económica mundial en el 2008 y el 2009.

Una buena parte de los países de la comunidad europea ha sufrido dos grandes flagelos: un alto endeudamiento y fuertes desequilibrios fiscales.

Estos fenómenos son altamente perversos por sí solos, pero las consecuencias económicas son desastrosas ya que la forma de combatirlos es a través de mayores impuestos y fuertes recortes en la inversión pública, lo que en pocas palabras significa recesión.

En los primeros meses del año tuvimos una primera llamada de atención con Grecia que en el 2009 registró un déficit fiscal de 15.4% como proporción del PIB, lo que los obligó a instrumentar un drástico plan de austeridad que ocasionó una contracción económica de 4% en el 2010.

Ahora surge Irlanda que tiene un desequilibrio fiscal mayúsculo: 25% del PIB, lo que pone a este país prácticamente en una situación de insolvencia.

Estas economías son realmente pequeñas y su integración comercial con el mundo es insignificante; entonces por qué tanta preocupación por el posible colapso de estos países. La respuesta es porque existe una gran concentración de la deuda de estos países en la zona europea.

Alrededor de 60% de la deuda de Portugal, Irlanda, Grecia y España está concentrada en los países europeos, de forma tal que un default en el pago de la deuda de algunos de estos países terminará por convertirse en un efecto dominó e impactar a toda la banca europea y al aún endeble sistema financiero internacional.

En este sentido hay que tener presente que dos bancos ingleses, un danés, cuatro franceses y un portugués ocupan los primeros lugares dentro de la lista de instituciones con mayor exposición a bonos irlandeses.

Dentro de estos, el Royal Bank of Scotland es el más vulnerable con una exposición de ?5,065 millones, seguido por el banco francés Credit Agricole con US929 millones y el Danske Bank de Dinamarca con ?655 millones.

De esta forma, no estamos frente a la crisis de un país aislado, sino ante la posibilidad de un riesgo sistémico que pone en entredicho la viabilidad de toda la Zona Euro.

Esta es la razón por la que países como Portugal, que también se encuentra en la lista negra, están presionando a Irlanda para aceptar la ayuda del Banco Central Europeo y atajar de una vez la posibilidad de que el contagio haga caer a otras economías.

La situación fiscal de Europa es delicada y es fuente de inestabilidad de los mercados financieros.

El problema es serio; de acuerdo con la Agencia Europea de Estadísticas (Eurostat), la deuda pública de Grecia como proporción del PIB asciende a 127%, la de Italia es de 116%, Bélgica de 96% y la de Hungría de 78%, lo que ha elevado el endeudamiento de la Zona Euro a 79% y el déficit público a 6.3 por ciento.

Considerando a los 27 países que forman la Unión Europea, el déficit público se ubica en 6.8% y la deuda pública alcanza un nivel de 74 por ciento.

En México, ya atravesamos por problemas fiscales importantes en la década de los ochenta y noventa y sabemos que este tipo de desequilibrios no se corrigen rápido y que la medicina suele ser muy amarga.

De esta forma, Irlanda tendrá que recurrir no sólo a un severo programa de ajuste sino también a la ayuda internacional; de otra forma, la economía colapsará y la contaminación a otros países y regiones será inevitable. A ver qué pasa.

*Manuel Guzmán M. es economista en jefe de Ixe Grupo Financiero. Su opinión no representa necesariamente la posición de la institución.

mguzman@ixe.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas

Suscríbete