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Lo único constante y seguro es la volatilidad
Buen día, mucho gusto en saludarte, y ya que tengo el placer de tu atención, apuremos la crónica, que este espacio así lo exige. Llegamos a las instancias de los famosos trades, u operaciones estacionales en los pisos de remates de commodities.
Buen día, mucho gusto en saludarte, y ya que tengo el placer de tu atención, apuremos la crónica, que este espacio así lo exige. Llegamos a las instancias de los famosos trades, u operaciones estacionales en los pisos de remates de commodities. La primera moda es siempre decir que la llegada del Día de Acción de Gracias trae consigo un rally, o un incremento de precio en los commodities varios, y ese día se festeja este jueves entrante, así que veamos qué nos muestra el interés de los especuladores que en mucho son los que comandan en este mercado.
Para lo particular y de más largo plazo, destacamos lecturas bajistas, contingentes del clima en Sudamérica, y eso es lo único que dejamos en la línea de lo imaginario como alcista si en alguna posibilidad el clima hace algo contrario al desarrollo prudente de cultivos. De momento diremos que el clima es bueno en líneas generales. Brasil y Argentina están por culminar la implantación de superficies amplias, los países periféricos a su proporción están igualmente contribuyendo y si bien aún es temprano para pronosticar grandes cultivos, el avance al momento no sugiere en absoluto complicaciones extremas.
Con lo anterior llegó el momento de planear apropiadamente y definir puntual administración de riesgos porque el tiempo pasa y los precios tendrán que ajustarse progresivamente ante el peso de lo que en potencia será una producción robusta en Sudamérica nuevamente. ¿Y qué impacto tiene eso en términos de fundamentales? Bueno pues piensa que de momento Estados Unidos sembró y cosecha un mundo de granos y oleaginosas, con lo cual los inventarios norteamericanos se ubican en instancias muy holgadas, situación que no habíamos visto hace varios ciclos agrícolas, y si a esa abundancia le agregamos la potencia productiva sudamericana, pasaremos a la abundancia de granos y a una instancia de precios muy pero muy diferente a la que hemos vivido en años anteriores.
Hay una métrica muy eficiente que mide el impacto real en la crecida de inventarios. La idea es que en muchas instancias el hecho de que los inventarios suban no implica que los precios bajen por que existan sobrantes, hay que eclipsarlo o compararlo con la demanda y para ello si tomamos los inventarios sobrantes y los dividimos por la demanda, obtenemos un ratio, una métrica. El crecimiento de dicha métrica indica que hay más capacidad de abasto real, y eso es lo que está sucediendo en granos y oleaginosas. Hemos pasado de estadios angustiosos en los inventarios a instancias más holgadas en términos reales, y con ello los precios tienden a las bajas, es sólo cuestión de terminar los cultivos en Sudamérica y, como ya lo dijimos antes, de momento Estados Unidos cumplió con su parte, al menos en términos productivos porque la logística es terrible, malísima, espantosa. Eso creó una burbuja de épicas proporciones, una burbuja de alzas en los precios por carente ejecución que dejó a muchos planchados, dobles y triples compras de harina principalmente, y esa mala ejecución se sintió fuerte en México también. De hecho se sigue sintiendo porque escasea el equipo de ferrocarril al sur de la frontera. Los faltantes de aceites vegetales, harina de soya y maíz en algunas instancias obligaron a que se hicieran abastos con orígenes alternativos, pero ese es otro tema, siempre hay alguna alternativa de abasto, y aún cuando no es común, la harina de soya argentina es más barata que la importada de Estados Unidos aún con el diferencial de flete, y no es lo más interesante: resulta inédito que los mismos norteamericanos importen harina de soya argentina en pleno corazón de la cosecha y cuando están aún levantando la más grande en la historia. Es increíble pero cierto, y los norteamericanos están pateando demanda que sin duda van a extrañar en un plazo no muy lejano, pero esa historia la dejamos para después porque hay que hablar de energéticos. El resumen es muy sencillo, muy pero muy sencillo: los energéticos bajan y sigue el morbo de ver en qué precio se detiene esta caída... Es impresionante lo que sucede cuando de la nada aparece un nuevo jugador, y ese nuevo jugador -Estados Unidos- hizo desaparecer técnicamente a la OPEP.
Hoy día tienes a los ministros de energía de diferentes países recorriendo fronteras tratando de convencer al vecino de bajar la producción de crudo mientras él no hace nada al respecto. Como todo, es más fácil que se haga justicia y ejemplo en los bueyes del compadre, cosa que deja el efecto de bajas abierto a una ecuación matemática. Si el petróleo baja lo suficiente, la extracción de la zona de Bakken tal vez se reduce; si lo hace, tal vez el precio sube, y si sube, Bakken regresa a producir más. Con ese regulador nuevo, los países dependientes del ingreso petrolero para el balance de sus cuentas públicas sólo pueden acelerar la venta de petróleo mientras más baja, y en efecto contrario a la racionalización de la producción, el productor dependiente del ingreso petrolero tendrá que compensar la falta de precio unitario con más volumen vendido.
Como puedes ver, hay muchas historias engarzadas, un juego geopolítico activo y en movimiento, y una ensalada de eventos que si se ponen con buen aderezo se llamaría ensalada de bajas anunciadas.
Y si llegan las bajas o se gestan las alzas, lo más presente constante y garantizado es la volatilidad, con lo cual, para administrar riesgos, estás en buenas manos.