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Nada concluyente
Llevamos varias jornadas de presión en los mercados financieros. Las bolsas parecen estancarse, el dólar se ha revaluado frente a muchas monedas y los precios de distintos commodities, con excepción del petróleo, han vuelto a caer.
Hay una decisión de resguardar posiciones en activos de riesgo, eso implica una salida de flujos de mercados emergentes y por ello, a nivel local, el tipo de cambio y las tasas de interés de largo plazo se han descompuesto. Sin embargo, en los hechos hay más influencia de los rumores que de hechos concluyentes.
El factor que ha generado esta nueva ola de presión es la idea, que ha ido creciendo día con día, de que la Reserva federal en Estados Unidos, ahora sí, podría subir las tasas en junio. El primer paso para que se consolide tal percepción lo dio la misma presidenta del Fed, al argüir que, dependiendo las circunstancias, un alza de tasas seguía en la perspectiva de la autoridad, sin importar los acontecimientos en el orden global.
Luego, dos gobernadores, que por cierto no tienen voto en el Comité de Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés), declararon abierta la posibilidad de un alza en junio, siempre y cuando la información se recargue por el lado de un crecimiento mejor y una persistencia del avance del empleo. Luego vino el dato de inflación, que mostró un repunte en el indicador general y el sostenimiento de la inflación subyacente (aquella que excluye alimentos y energía) por encima del objetivo de 2 por ciento.
Por último, se publicaron las minutas de la reunión del pasado 27 de abril: los mercados incrementaron el temor, al observarse que varios participantes discutieron sobre la posibilidad de aumentar la tasa en junio.
Desde nuestro punto de vista, no hay información concluyente sobre que sea un hecho tal incremento de tasas. Lo más sólido es el movimiento de alza continua que han tenido las tasas de bonos a dos años que se incrementaron de un nivel de 0.70%, hace una semana, a uno de 0.89 por ciento.
No vemos en las siguientes semanas más justificantes. Salvo la información de empleo, no habrá mucho más indicadores económicos sobre el segundo trimestre sobre la mesa, para consolidar un crecimiento superior al esperado. Por otro lado, hay que recordar que la votación para decidir la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (Brexit) tendrá lugar a finales de junio. A nuestro juicio, la Fed no subirá la tasa en junio, aunque podríamos ver una señal más definitiva para hacerlo un mes después o hacia el fin del verano (septiembre). Eso bastaría para mantener una elevada volatilidad en los mercados y escasos rendimientos.
En cuanto a México, el tipo de cambio se ha movido con violencia. Ahora el petróleo no desciende, pero parece claro que el resguardo de posiciones que han ganado dinero desde febrero en mercados emergentes genera un movimiento especulativo contra el peso. La velocidad es una inquietud válida. De nuevo la cotización se movió, aproximadamente, 1 peso con 40 centavos, en unos pocos días. Los llamados a intervenir hacia Banxico se han intensificado.
Hay quienes advierten que dicha intervención debiera ser, no sólo con reservas, sino también con un aumento adicional en la tasa de corto plazo. Si al riesgo anterior le sumamos la percepción de que la Fed se moverá al alza, es lógico ver el rebote de tasas que se ha presentado, ya que mantener posiciones en plazos largos puede resultar en minusvalías relevantes.
Pase lo que pase, suena lógico mantener una estrategia defensiva en los mercados locales. Las tasas tienen de nuevo posibilidades de subir; no sabemos si, interviniendo o no, se controlará el desorden en el tipo de cambio y la Bolsa ha pagado bastante en los últimos tres meses. No tenga miedo de tomar utilidades y mantener más dinero a la vista.
*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de Invex. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: