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Objetivo del IPC: 49,200 puntos

Hacia finales de enero, el IPC alcanzó su nivel máximo histórico de 45,912.51 puntos, sin embargo, tras alcanzar esta cima experimentó un retroceso superior a 9 por ciento.

Hacia finales de enero, el IPC alcanzó su nivel máximo histórico de 45,912.51 puntos. Sin embargo, tras alcanzar esta cima experimentó un retroceso superior a 9 por ciento. Como habíamos mencionado, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se encontraba sobrevaluada tras reportar niveles del múltiplo VE/EBITDA por encima de 9.7x, como consecuencia de la tendencia alcista que ha experimentado el múltiplo en los últimos cuatro años, lo que lo llevó de niveles inferiores a 6x a un nivel de 9.04x, donde actualmente se encuentra.

Este comportamiento se fundamenta, en parte, en las finanzas públicas sanas que reporta la economía mexicana, con niveles de déficit fiscal y de endeudamiento, respecto del PIB, por debajo del promedio mundial.

Además, logró superar la crisis financiera sin default ni contratiempos mayores, a pesar de la alta correlación con su principal socio comercial, con un alto dinamismo en el sector manufacturero, reduciendo la dependencia de los ingresos petroleros, el incremento en la competitividad frente a China y la fortaleza en la demanda externa, que ha sido el motor de la economía mexicana en los últimos años, lo que ha permitido crecimientos en el PIB cercanos a 4% sin hipotecar el crecimiento futuro, como en otras regiones.

Estos factores macroeconómicos, junto con los altos rendimientos otorgados por la BMV y una abundante liquidez impulsada desde los bancos centrales de los países desarrollados, han estimulado el valor de los activos en el mercado local.

En lo que va del 2013, las perspectivas sobre la economía mexicana mejoraron aún más, principalmente por la consecución de las reformas laboral y educativa, y la iniciativa en telecomunicaciones, que augura que las reformas fiscal y energética se logren durante la segunda mitad de año.

Sin embargo, aún existe un largo trecho por recorrer y los efectos positivos de dichas reformas no se reflejarán en el 2013, muy probablemente, tampoco de forma plena durante el 2014 ni el 2015.

Por ello, el reto será crecer bajo las condiciones que actualmente prevalecen, en las que el panorama de cierre del 2012 no fue del todo favorecedor, especialmente, en las empresas que conforman al IPC, donde los sectores vivienda, telecomunicaciones y minería afectaron los resultados del último trimestre del año anterior.

Las empresas reportaron mayores niveles en gastos de administración, lo que mermó sus márgenes. Confiamos en que el consumo interno sea el principal impulsor de la economía para este año.

Debemos considerar que los mercados se adelantan típicamente y, muy probablemente, el rally de fin de año que se prolongó hasta enero es un indicio del gran apetito y confianza de los inversionistas, que se confirmó con la apreciación reciente del tipo de cambio, a pesar del recorte en la tasa objetivo del Banco de México. De igual forma, un posible cambio de calificación crediticia, pasando de BBB a A no tendría efectos en la perspectiva de la economía mexicana, dado que las economías con este grado de calificación presentan un riesgo país, incluso, superior al mexicano.

De esta manera, bajo la metodología desarrollada por Signum Research y esperando que el múltiplo VE/EBITDA del IPC se ubique en 9x al cierre del 2013, convergiendo hacia el nivel promedio del mismo múltiplo para el S&P 500 de 8.92x, ajustándolo previamente por el riesgo país y fundamentado en un crecimiento del PIB de 3.3% y del EBITDA para las empresas que conforman el IPC, de 11.5% anual, en términos reales, estimamos un nivel objetivo de 49,205 puntos para el cierre del año, lo que representa una tasa de apreciación anualizada de 13 por ciento. ?

*Carlos Ugalde es gerente de Análisis de Signum Research.

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