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Peso mexicano, el más golpeado de países emergentes

El peso mexicano fue la única divisa de los países emergentes que registraron pérdidas durante la semana pasada, tras mostrar una depreciación cercana a 1%, debido al mal dato de empleo que se anunció el viernes pasado en Estados Unidos.

El peso mexicano fue la única divisa de los países emergentes que registraron pérdidas durante la semana pasada, tras mostrar una depreciación cercana a 1%, debido al mal dato de empleo que se anunció el viernes pasado en Estados Unidos.

El tipo de cambio peso-dólar inició la semana con un precio de 18.4760 pesos; sin embargo, el viernes pasado, concluyó en un valor de 18.6075 pesos por dólar, lo cual implicó una devaluación acumulada de 0.8 por ciento.

Las monedas de mercados emergentes que registraron importantes ganancias resultaron ser el rand de Sudáfrica, que mostró un avance de 4.1% en la semana previa, mientras el real brasileño reportó un apreciación de 2.1% y el peso colombiano aumentó 1.7%, en el mismo periodo.

Sin embargo, llama la atención que la paridad peso-dólar no siga el comportamiento de las demás divisas, sobre todo de los países emergentes, sobre todo porque con el dato de empleo de EU, ha bajado considerablemente el aumento de la tasa de la Fed.

La mayoría de los inversionistas mostraron nerviosismo en las operaciones de la sesión anterior, debido a la inquietud sobre la evolución de la economía estadounidense, luego del anuncio de la cifra de la nómina no agrícola, donde apenas se crearon 38,000 nuevas plazas durante mayo, el peor mes en la generación de empleos desde septiembre del 2010.

Es evidente que existen fuertes presiones contra el peso mexicano, como se observa en el mercado de futuros de China. Ya en el periodo del 25 al 31 de mayo, los contratos a favor del dólar pasaron de 47,460 a 55,615, es decir, un aumento de 17.18 por ciento.

El subdirector de Mercados Financieros de Banco Santander, Salvador Orozco Peña, comentó que existen dos factores que aún están presionando al peso mexicano, como es la preocupación que hay en torno a una mayor desaceleración de la economía estadounidense.

El experto anticipó que de existir una menor actividad económica en Estados Unidos, la economía mexicana se verá también afectada, sobre todo en la parte del sector exportador, donde ya comienza a existir un deterioro de las cuentas externas y la pérdida de dinamismo del sector manufacturero.

El especialista mencionó que, en el corto plazo, el tipo de cambio peso-dólar seguirá con movimientos volátiles, con la expectativa de que las cotizaciones se mantengan por arriba de los 18.50 pesos por dólar, aunque también hay que seguir de cerca el dato de producción industrial y exportación de carros.

ricardo.zamudio@eleconomista.mx

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