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Políticos tragafuegos
La crisis financiera mundial que inició en el 2007 ha tenido profundas repercusiones en el ámbito económico, social y político.
La crisis financiera mundial que inició en el 2007 ha tenido profundas repercusiones en el ámbito económico, social y político. Reconociendo que se ha avanzado significativamente en la solución de los problemas más apremiantes, hay que decir que el restablecimiento de las condiciones normales de funcionamiento de la economía mundial todavía está lejano.
Ahora bien, evitar el colapso mundial no ha sido sencillo, ya que la recesión ha llegado a economías avanzadas con el impacto sobre los niveles de desempleo.
Pero esto es parte del problema, la gente no sólo se ha quedado sin trabajo sino que quienes lo conservan han visto disminuidas sus remuneraciones reales.
Hacia delante las cosas no cambiarán radicalmente. En muchos países el restablecimiento de los equilibrios fiscales significará más recortes al gasto y a la inversión pública, así como inevitablemente más impuestos, por lo que las condiciones de empleo seguramente empeorarán antes de mostrar un cambio de tendencia.
Esto tendrá un efecto adverso sobre los presidentes o primeros ministros que intenten reelegirse en los procesos electorales. Recientemente hubo cambios de gobierno en Italia, Grecia, Gran Bretaña, Hungría y Rusia. En los dos primeros el cambio fue abrupto y anticipado ante la debacle económica que viven.
En Francia, el domingo pasado se llevó a cabo la elección presidencial en la que resultó vencedor el socialista François Hollande. Aunque este resultado ha ocasionado cierta incertidumbre por el impacto que podría tener sobre la relación franco-alemana y por la posición de Hollande de flexibilizar el programa de ajuste, con el propósito de generar un mayor crecimiento económico, el resultado se había venido anticipando luego de que Hollande se proclamara vencedor en la primera vuelta electoral celebrada a finales de abril.
Lo que realmente influyó en el ánimo de los mercados financieros fueron los resultados de las elecciones presidenciales en Grecia y que el partido Nueva Democracia, de Antonis Samaras, resultó vencedor con 19% de los votos.
En este caso hay dos temas relevantes; por un lado, el nuevo Presidente ha informado su intención de renegociar los términos del acuerdo de rescate financiero pactado por Grecia con la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, sembrando nuevamente la incertidumbre respecto de la viabilidad económica del país heleno.
Por otro lado, desde el punto de vista estrictamente político, los resultados electorales dibujan un gobierno fraccionado y radical que complicará llegar a acuerdos que busquen avanzar en la instrumentación de las reformas pendientes. Habrá que destacar que los partidos de centro (Nueva Democracia y Pazok) obtuvieron solo 40% de los votos, al tiempo que partidos extremos como el Syriza y Amanecer Dorado -que ha manejado un discurso neonazi- se han hecho de un poder importante.
El no poder gobernar en mayoría abre la posibilidad de que los recortes y las reformas ya pactadas entre Grecia y sus socios europeos se vean afectados, y aumenta la probabilidad de un nuevo bloqueo del paquete de rescate griego; además de alimentar la especulación sobre la necesidad de que Grecia tuviera que abandonar la zona euro.
Lo sucedido en Francia y Grecia alerta sobre la necesidad que tienen los países en crisis de calcular minuciosamente los efectos negativos de los paquetes de austeridad.
En lo que resta del año habrá cambios en países importantes como Canadá, Irlanda, Venezuela, Egipto, Corea del Sur, por supuesto, México y Estados Unidos. Sin lugar a dudas, la situación económica tendrá un impacto específico sobre los resultados electorales. Cuando se analiza lo que ha pasado en el entorno político no se puede menos que pensar en aquella frase célebre del Presidente Clinton: Its the economy, stupid .
*Manuel Guzmán M. es director ejecutivo de Administración de Portafolios y Análisis y Estrategia Económica de Grupo Financiero Ve Por Más.