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¿Qué pasará con el crédito en México para el 2014?

A pesar de un escenario de crecimiento modesto para el PIB en el 2014, nuestra estimación es de 2.76% y, teniendo presentes los problemas econométricos de causalidad entre PIB y crédito, estimamos un crecimiento en cartera crediticia de 10 a 11%, impulsado por los segmentos comercial.

A pesar de un escenario de crecimiento modesto para el PIB en el 2014, nuestra estimación es de 2.76% y, teniendo presentes los problemas econométricos de causalidad entre PIB y crédito, estimamos un crecimiento en cartera crediticia de 10 a 11%, impulsado por los segmentos comercial, principalmente por los rubros de actividad empresarial o comercial y entidades gubernamentales, derivado de las medidas llevadas a cabo por el gobierno para impulsar a la pequeña y mediana empresa, altas expectativas de recuperación económica para el 2015, junto con un mayor ejercicio del gasto público.

En el crédito al consumo, vemos una fuerte afectación tras la reforma fiscal aprobada: el gasto del consumidor se contraerá, lo cual se refleja ya en un ajuste a la baja del Índice de Confianza del Consumidor y una inflación por arriba de 4 por ciento.

Dentro de este segmento, los créditos personales continuarían experimentando un buen desempeño, aunque a tasas decrecientes. El crédito automotriz se mantendría plano, dados los crecimientos modestos en la venta de autos nuevos.

En los créditos de nómina, tras el súbito impulso en el 2013, manteniendo una trayectoria alcista iniciada desde el 2011, observaríamos un freno en la colocación, debido a una mayor regulación, ya que los altos niveles en tasas de interés cobrados por las instituciones financieras no están en línea con el bajo riesgo crediticio del prestatario.

En el segmento de tarjetas de crédito, ante los altos niveles de rentabilidad, a pesar de q un alto porcentaje en cartera vencida, el crecimiento continuará, aunque con alzas y bajas en la colocación a lo largo del año, ante un bajo consumo interno profundizado por una reforma fiscal regresiva.

En el crédito a la vivienda, las bajas tasas de interés han permitido que el crecimiento en cartera continúe, además de que la reforma financiera incidirá en menores costos para las instituciones bancarias en el mediano plazo, mientras que en el corto plazo, el efecto sería negativo.

En lo referente a la calidad de los activos durante el 2013, éstos se deterioraron a consecuencia de eventos no recurrentes, como el caso de la problemática suscitada en el sector vivienda. Así, varias instituciones bancarias fueron obligadas a incrementar sus estimaciones para riesgos crediticios, a consecuencia de una menor calidad en activos y por ende, un incremento en la probabilidad de incumplimiento. Sin embargo, este comportamiento se revertirá en el 2014, considerando que es un evento transitorio; los crecimientos en la estimación de reservas crediticias se moderarían.

Debido a la reforma fiscal, las instituciones bancarias no podrán deducir la constitución o incremento de la reserva preventiva global, contando sólo con la posibilidad de deducir los créditos incobrables cuando la cartera sea castigada.

Esperamos que los niveles de cartera vencida se reduzcan favoreciendo una normalización en los niveles del Índice de Morosidad para el sector. De acuerdo con nuestras cifras, durante el 2013 el IMOR alcanzó niveles de 3.1%, que esperamos ceda para converger hacia 2.5 por ciento.

Es necesario que el sector acelere sus niveles de captación, dado que en los dos últimos años la razón de depósitos a cartera total pasó de 117% a niveles por debajo de 100%. Por otra parte, en cuestiones de cobertura, existe un alto volumen en reservas para afrontar la cartera vencida con indicadores por encima de 150 por ciento.

En cuanto a la rentabilidad, a pesar de las bajas tasas, el sector ha logrado mantener los niveles altos; el Return On Equity del sector pasó de 13 a 15.7%, al cierre del 2013.

El dinamismo del sector en los últimos años ha sido bueno, sin embargo, la coyuntura económica ha reducido la demanda de crédito ante un consumidor aún renuente a gastar y una inversión moderada, frente a la incertidumbre que prevalece en la economía mexicana.

carlos.ugalde@signumresearch.com

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