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RBS empujó a la quiebra a pequeñas firmas

Las acusaciones se concentran en la división del banco a cargo de las reestructuraciones de empresas en dificultades.

LONDRES, - La maltrecha reputación del banco británico RBS, que evitó la quiebra con dinero público, se vio más dañada el lunes al conocerse que empujó a la bancarrota a pequeñas empresas viables para hacerse con ellas a buen precio.

Lawrence Tomlinson, consejero del ministerio de Comercio, entregó el lunes al gobierno un informe con las acusaciones a Royal Bank of Scotland, del que el Estado es accionista mayoritario (81%) desde que lo salvó de la quiebra en 2008.

"Hay numerosos ejemplos escandalosos de empresas sanas que fueron destruidas por RBS y del impacto devastador que eso tuvo en la vida de los empresarios", dijo Tomlinson.

Las acusaciones se concentran en la división del banco a cargo de las reestructuraciones de empresas en dificultades, conocida como "Global Restructuring Group" o GRG.

Empresas pequeñas sin problemas reales acababan sin necesidad en manos de GRG con pretextos varios, como haber vulnerado alguna cláusula menor de las condiciones de sus créditos.

Luego se les imponía penalizaciones y gastos desorbitados que a veces las llevaban a la quiebra. Otra filial de RBS aprovechaba entonces para comprar a buen precio sus activos, particularmente sus bienes inmobiliarios.

Tomlinson reclamó que se tomen medidas inmediatas para evitar esta conducta "sin escrúpulos".

Su demanda fue atendida por el gobierno, que trasladó el informe a los gendarmes del sector financiero, la Autoridad de conducta financiera(FCA) y la Autoridad de regulación prudencial.

"Ciertas acusaciones son muy graves y espero una respuesta urgente", dijo el ministro de Comercio del gobierno conservador-liberal, Vince Cable.

El ministro de Finanzas, George Osborne, calificó de "chocantes" las revelaciones.

RBS salió al cruce de las acusaciones y dijo que su división GRG logra "enderezar la mayoría de las empresas con las que trabaja (...) aunque no todas las empresas con graves problemas financieros pueden salvarse".

De todos modos, anunció que había lanzado una investigación interna sobre el trato a los clientes en dificultades.

RBS fue objeto de otro informe este lunes, obra de Sir Andrew Large, un ex vicegobernador del Banco de Inglaterra, que critica que el banco no dé crédito a ciertas pequeñas empresas.

Las malas noticias se acumulan para el banco escocés, que en febrero ya tuvo que pagar más de 600 millones de dólares en multas a las autoridades británicas y estadounidenses por manipular la tasa de préstamos interbancarios Libor.

Por ese motivo suspendieron a dos operadores suyos, mientras otra investigación, sobre la manipulación del mercado de divisas, se cierne como una amenaza.

Además, en Estados Unidos tuvo que pagar otra multa de 150 millones de dólares por haber engañado en 2007 a inversores sobre los créditos hipotecarios de alto riesgo, los famosos "subprime", que poco después fueron detonantes de la gran crisis financiera.

El neozelandés Ross McEwan asumió la dirección de RBS a principios de octubre con el objetivo de devolverlo a manos privadas.

Pero a diferencia de sus competidores de Lloyds Banking Group, el camino podría ser largo. Para acelerar el proceso, el banco aislará sus activos tóxicos -de un valor de 38,000 millones de libras (45,000 millones de euros, 61,000 de dólares)- en un "banco malo" interno.

El objetivo es vender del 55% al 70% de estos activos antes de dos años y el resto antes de tres.

Esta medida evitará a RBS la escisión y la nacionalización de sus activos tóxicos, como defendían algunos parlamentarios. Un camino que hubiera sido más costoso para el contribuyente, según el Tesoro.

fondos@eleconomista.com.mx

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