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Relaciones peligrosas
En el 2008, el gobierno peruano decidió interponer una demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya contra la actual delimitación marítima con su vecino Chile.
En el 2008, el gobierno peruano decidió interponer una demanda en la Corte Internacional de Justicia en La Haya contra la actual delimitación marítima con su vecino Chile. Los chilenos dicen que eso no debe estar a revisión, pues ellos reconocen los acuerdos pesqueros que tuvieron las dos naciones en 1952 y 1954.
La historia de amor y odio entre estos dos países tiene su raíz en la Guerra del Pacífico del siglo XIX, donde Chile, como resultado de la misma, deja a Bolivia sin salida al mar y se apropia permanentemente de los territorios del sur de Perú.
La relevancia del tema radica en el tipo de relación que tendrán después de conocer el fallo de La Haya, que debe darse antes del 15 de julio.
Independientemente de que los reclamos peruanos sean justos o no o que los acuerdos pesqueros no tengan validez oficial, la condición de socios comerciales y estratégicos que se tiene ahora será un asunto diplomático y político que pondrá tensión en la relación por el fallo que se viene. Hace cinco años que se hizo la demanda, ninguno de los dos países conformaba el Mercado Integrado Latinoamericano, ni habían conformado, con Colombia y México, la Alianza del Pacífico.
Ambos países han llegado a un nivel de cooperación económica y a un nivel muy importante en los negocios y la inversión extranjera, sería terrible para ambos el que alguno de los dos decidiera no acatar el fallo de la Corte Internacional.
Las tasas de crecimiento económico de Perú y el dinamismo de Chile son elementos clave para el resurgimiento de América Latina como la nueva región económica importante en el mundo, dado el bajo crecimiento de Estados Unidos, China y Japón y de la crisis de los países europeos. Un conflicto diplomático entre estas dos economías no sumaría al crecimiento ni a las relaciones económicas actuales.
En estos momentos hay relativa paz social y la brecha ideológica de ambos gobiernos es muy reducida, lo que explica el buen entendimiento y el aumento de relaciones entre ambos países, por lo que se deberían tener ya respuestas preparadas ante el posible resultado de la demanda peruana, sea cual sea.
Mi opinión es que no existe esta previsión y que ambos países van a comenzar una miniguerra de declaraciones y acusaciones mutuas después del fallo y que, si no se tratan inteligentemente, podrían tener consecuencias graves para la relación económica bilateral. La personalidad de los gobiernos de Perú y de Chile me hace pensar que a ninguno le gusta aceptar que pueden equivocarse y mucho menos reconocer que el otro tiene la razón.?
*El Dr. Eduardo Carbajal es el Director de la sede Perú del Sistema Tecnológico de Monterrey. Correo electrónico: eduardo.carbajal@itesm.edu.pe