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Telefónica desistió por una mala respuesta

En el camino se quedaron 19.6 millones de euros que la firma iba a repartir por concepto de comisiones.

Telefónica cambió sus planes tras el débil apetito mostrado por los inversionistas a los precios fijados.

El negocio de cable submarino es el factor clave. Los inversionistas han tenido dificultades para poner en valor esta parte del negocio, que le reporta 57% de utilidades.

Telxius posee más de 65,000 kilómetros de cable submarino de fibra óptica, de los que alrededor de 31,000 son en propiedad.

En la parte del negocio de gestión de torres, los inversionistas contaban con dos referencias: la española Cellnex y la italiana Inwit. Pero en cable submarino no era así. Sólo la americana Level 3 presentaba similitudes.

También los inversionistas dudaron sobre el potencial conflicto de interés que se podía generar, debido a la presencia de Telefónica como principal cliente y mayor accionista de la compañía.
 

Rechazo de estadounidenses



El road show de Europa iba bien y mostró apetito. El problema fue cuando se cruzó el charco. En EU la compañía se encontró con los inversionistas más exigentes con el cable submarino y les dieron la espalda.

Tanto Goldman Sachs como JPMorgan intentaron sin éxito la búsqueda de un inversionista ancla que entrara con una orden importante y arrastrara el resto y animara la demanda.

Antes del verano, la volatilidad fue elevada por el Brexit. La situación ha mejorado ahora, pero los inversionistas mantienen la cautela por las elecciones de EU, las decisiones de la Fed y otros factores de riesgo.

Telefónica contrató a 12 bancos para sacar adelante la operación con diferentes roles.

Algunas de estas firmas critican el exceso de protagonismo de Goldman Sachs y JPMorgan. Entre las propias entidades ha circulado información que no era del todo correcta, según fuentes de un banco.
 

Pérdidas millonarias



La cancelación de la oferta pública de venta (OPV) de Telxius deja varios damnificados. Además de su dueño Telefónica, que vio como se esfuman sus expectativas de captar hasta 1,500 millones de euros con la operación, también salieron perjudicados los bancos directores, colocadores y aseguradores de la oferta.

En el camino se quedaron 19.6 millones de euros que Telefónica iba a repartir en concepto de comisiones.

La cifra, calculada sobre un precio de colocación de 13.5 euros que se situaba en la banda media de precios fijada para el desembarco en Bolsa de Telxius, suponía que los bancos que asumían el riesgo de colocar y asegurar la emisión de acciones de la filial de infraestructuras de Telefónica se iban a repartir algo menos de 1.5% del importe total de la operación. La cifra estaba muy lejos de la de las viejas estructuras de comisiones que llenaban los bolsillos de los bancos que colocaban y aseguraban las grandes OPV hasta la pasada década.

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