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Opinión

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Competencia económica: la importancia de la autonomía

Nuestro sistema legal de defensa de la competencia es uno de los más avanzados en el ámbito internacional. Es el resultado de 30 años de experiencia y de diversos cambios en la ley sectorial y la Constitución y ha obtenido varios éxitos que, por sí mismos, son suficientes para justificar su existencia en términos presupuestarios.

El modelo proviene de una reforma constitucional ocurrida en 2013, que se basó en 4 pilares que le dan fortaleza y equilibrio. El primero se refiere al arreglo institucional. La reforma creó dos organismos encargados de aplicar el marco normativo de competencia económica: el IFT, especializado en los mercados de telecomunicaciones y radiodifusión, y Cofece, encargada de la vigilancia en el resto de la economía. Los organismos fueron creados como entidades autónomas, lo que significa que no están subordinadas a alguno de los poderes tradicionales, con lo que se reforzó la independencia técnica y operativa. Se crearon organismos especializados en el Poder Judicial, encargados de desahogar las inconformidades en la aplicación de la ley. Y se creó un mecanismo único en el mundo, para designar a los Comisionados, que es abierto, técnico y permite seleccionar a las máximas autoridades por mérito.

El segundo pilar se relaciona con la eficacia de los organismos, para lo cual se modificaron leyes y disposiciones secundarias y se reforzaron las facultades en materia de control de concentraciones e investigación de prácticas monopólicas. Asimismo, las nuevas autoridades fueron dotadas de facultades inexistentes en otros países, como la capacidad de regular el acceso a insumos esenciales y de eliminar barreras a la competencia.

El tercer pilar se relaciona con la certeza jurídica, que se atendió mediante el reforzamiento de la garantía de debido proceso, la reglamentación del uso de los medios de impugnación y se complementa con la publicación de guías y lineamientos.

El último pilar sustenta la credibilidad, que se persigue a través de la transparencia en actuaciones y deliberaciones, un sistema de rendición de cuentas y la evaluación periódica de las intervenciones.

Este sistema, perfectible sin lugar a dudas, enfrenta la posibilidad de retroceso en el ámbito de la autonomía. Ello ocasionaría una afectación a la eficacia de los organismos por las siguientes razones.

Primero, la autonomía y el mecanismo de designación de los Comisionados, permiten que a los órganos autónomos lleguen los profesionales mejor preparados, con experiencia y sin vínculos con los grupos de interés. Suprimir la autonomía permitiría designar a personas sin preparación ni capacidad para aplicar una ley extremadamente técnica, con posibles repercusiones cuantiosas para las empresas y la sociedad.Segundo, suprimir la autonomía menoscabaría la libertad de los organismos para opinar respecto de leyes, reglamentos y disposiciones generales de los distintos niveles de gobierno que pueden afectar negativamente la competencia y libre concurrencia.

Tercero, eliminar la autonomía evitaría el uso de las facultades de eliminación de barreras a la competencia, que es una herramienta que puede llevar a los reguladores sectoriales a revisar sus actuaciones y a ofrecer respuestas respecto de las políticas que aplican y que, en términos técnicos, ocasionan una afectación al funcionamiento eficiente de los mercados.

De tal forma, la cancelación de la autonomía no se trata solamente de un incidente menor en la manera en que son contratados los empleados encargados de llevar unas oficinas comunes y corrientes, sino que significaría sacrificar un sistema que permite la contratación de técnicos especializados, facultados y libres de limitaciones para actuar incluso contra los actos del mismo Estado.

Aunque la probabilidad de éxito de la reforma que será propuesta sea mínima, no está por demás recordar los beneficios del sistema. Tampoco está de más recordar que el objetivo de un buen sistema de competencia es beneficiar a la sociedad en su conjunto. Como bien dice Cofece, un México mejor es competencia de todos.*Especialista en competencia económica y regulación. Socio Director de Ockham Economic Consulting.

@javiernunezmel

Consultor en Competencia Económica y Regulación, además es profesor universitario.

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