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Opinión

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Confusiones cambiarias

Acumular reservas tiene un costo, que no lo paga el exportador, sino el causante. Sería más honesto dar esos recursos en forma directa.

La economía mexicana ha vivido bajo un régimen de flotación durante 15 años y, a pesar de las lecciones positivas que este episodio arroja, a pesar del dividendo de estabilización, persiste un consenso de opiniones que vive en la falacia y la confusión.

Ahora en el último capítulo de esta experiencia vimos cómo la paridad peso-dólar se revaluó a niveles abajo de la barrera de los 10 pesos por dólar, en la primera mitad del 2008; después, en medio de la crisis financiera, cómo se devaluó a más de 15 pesos por dólar, posteriormente cómo se llegó a ubicar en el nivel psicológico de 13 pesos y ahora, nuevamente, acomodando una tendencia hacia la apreciación donde posiblemente acabe el año abajo de los 12 pesos por dólar.

Pero esta volatilidad y el nerviosismo en expectativas que habría generado no es excusa para seguir viviendo en la irrealidad, en las confusiones. Después de todo, ya llevamos 15 años de experiencia con los principios de la flotación.

Una patente confusión reportada ad náuseaum por los principales medios de comunicación, es que el banco central podría frenar la obstinada apreciación del peso (¿obstinada?), vía la nueva acumulación de reservas. Pero el deber del banco central no es (ni debe ser) frenar la recuperación del peso, que al final del día es reflejo de la recuperación económica, sino procurar la estabilidad de la unidad de cuenta.

Además, la competitividad no se defiende por medio de medidas que inhiban la apreciación de la moneda. Ésta es la tarea global de la política económica, la cual debe generar incentivos para el trabajo y la inversión, así como garantizar las facilidades para una mayor actividad productiva. Subsidios cambiarios, ya sea vía devaluaciones o vía mecanismos para evitar apreciaciones, ayudan a mantener los márgenes de ganancia de las empresas exportadoras, al reducir, sólo contablemente, los costos de producción denominados en dólares.

Varios analistas han manifestado su descontento con el superpeso, pidiendo que se le quite impulso al peso frente al dólar, cuya apreciación lastima la competitividad de las exportaciones y desacelera el crecimiento. Vaya confusión. Vaya irresponsabilidad de los analistas también.

Ojo: Acumular reservas tiene un costo, ya que representa un endeudamiento de tasas en pesos para comprar activos que generar rendimientos en dólares. Ese costo no lo paga el exportador, lo paga el causante. ¿No sería más honesto darles esos recursos en forma directa?

rsalinas@eleconomista.com.mx

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