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¿Cúpula de Hierro en lugar de diplomacia?
Israel obtuvo una absoluta victoria (99 vs 1) en la batalla librada contra Irán el pasado sábado, luego de seis meses de derrotas diplomáticas, aislacionismo y protagonista de una crisis humanitaria traducida en 33,000 muertes en la Franja de Gaza.
Algo más, el primer ministro Benjamin Netanyahu no ha logrado acercarse a los objetivos lanzados luego del abominable ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre: eliminar a Hamás, liberar a los rehenes y asegurar la existencia de Israel.
El sistema de defensa Cúpula de Hierro derribó el sábado el 99% de la artillería lanzada desde Irán: 100 misiles balísticos, 150 drones y 30 misiles de crucero. De esta manera, Netanyahu transfiere a la población israelí un sentimiento de seguridad en medio de la guerra, y rompe la tendencia de un cúmulo de fracasos.
Kissinger dijo en su momento que parecería que Israel no tuviera Relaciones Exteriores. En la actualidad, su alianza con Estados Unidos es determinante, pero carece de un plan B; la estrategia de comunicación de Israel comete el error de mezclar sus críticas en contra de las naciones enemigas junto a las que lanza contra analistas y periodistas: el antisemitismo.
Es claro que Alemania reacciona en la actualidad como si ayer hubiera concluido la Segunda Guerra Mundial: seis millones de judíos asesinados bajo el delirio étnico-imperial de Hitler. Después de Estados Unidos, el gobierno del canciller Olaf Scholz es quien más otorga a Israel. ¿Tiene derecho Alemania en criticar la estrategia fallida de Netanyahu en la Franja de Gaza?
Por supuesto que la tiene. No ejerce la responsabilidad de hacerlo porque la moral tiende a ser mal interpretada en la política.
Las decisiones del gobierno de Netanyahu no las toma la población en general. Señalar como antisemitas a los críticos del gobierno es una trampa psicológica o un chantaje emocional.
Los gobernantes alemanes de la actualidad no asesoraron a Hitler. Una Perogrullada que es necesario ventilar; como tampoco los conquistadores españoles asesoran al presidente Pedro Sánchez.
El gobierno de Netanyahu es radical, y algunos de sus miembros parecen que no viven en una democracia sino en una teocracia.
Netanyahu no logró diseñar una estrategia inteligente de ataque en contra de Hamás (tuvo que haber revisado las acciones de George W. Bush en Afganistán e Irak): al menos dos de cada tres gazetíes asesinados por su ejército eran inocentes. Inteligente y eficiente es el sistema antimisiles Cúpula de Hierro.
El problema para Israel es el mapa de conflictos en el mundo: la guerra en Ucrania; la misión final que China tiene sobre Taiwán y su expansión en el Mar de China; la crisis de la democracia en Estados Unidos, entre muchos otros. Israel debe de construir una diplomacia inteligente.
Si Israel cree que la Cúpula de Hierro es un bien sustituto de la diplomacia, se equivoca. Por lo menos existen 8 millones de judíos viviendo fuera de Israel. Los olvidados de Netanyahu.
@faustopretelin