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Opinión

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Debió ser amor…

Dice la leyenda que la banda que formaron Marie Fredriksson y Per Gessle en 1986 nunca hubiera sonado fuera de Suecia si no es por un estudiante de intercambio que de regreso a Minneapolis le dejó el CD de Look Sharp! a una estación de radio local. “The Look” llegó al número uno de la lista de la estación antes de trepar al primer sitio del Billboard estadounidense, lo que proyectó a Roxette, a convertirse en parte del ineludible pop de los años ochenta y noventa.

“Things will never be the same” dijo Gessle a la prensa al enterarse de la muerte de Marie a los 61 años. Surgidos de Halmstad, Suecia, Marie y Gessle se conocieron a principios de los años setenta cuando ella era vocalista del grupo punk Strul y del dúo new wave Ma Mas Barn.

El dueto tuvo cuatro éxitos a nivel mundial (“The look”, “Listen to your heart”, “Joyride” y la más conocida: “It must have been love”). Esta última la grabaron en cuatro versiones distintas: empezó como un sencillo de Navidad en 1987 para después sin las referencias navideñas incluirse en la popular banda sonora de Pretty Woman. La versión en español la grabó Rocío Banquells. Roxette produjo 10 discos de los que se vendieron más de 75 millones de copias, los videos del grupo suman más de mil millones de vistas en YouTube.

En 2002, después de salir a correr con su marido, Marie se desmayó en el baño, parte de un ataque epiléptico. La caída le provocó una fractura en el cráneo. Al realizar una resonancia magnética los médicos encontraron un tumor cerebral y le dieron 25% de posibilidades de sobrevivir. El tumor fue removido mediante cirugía a la que siguieron meses de quimioterapia y radiación. Los tratamientos le salvaron la vida, pero le provocaron innumerables problemas de salud, entre ellos la ceguera de un ojo, baja audición y movilidad limitada.

Su experiencia la compartió en su álbum solista en inglés: The Change y en su autobiografía The Love of Life. The Change debutó en el primer lugar de la lista de ventas sueca y se distribuyó a nivel mundial. A pesar de ya no poder leer o escribir, Marie redescubrió su amor por el dibujo como terapia. Su arte se exhibió y vendió en un día en una galería de Estocolmo de 2005. Ese año declaró a un periódico sueco “Han sido tres años verdaderamente difíciles, pero estoy sana”.

En 2009 durante un concierto de Gessle como solista, Marie subió inesperadamente al escenario. “No tenía confianza, pensaba que ya no podía cantar” contó Gessle más tarde a The Guardian. “El público simplemente murió…la gente lloraba por todos lados.” La enfermedad le dificultaba aprenderse letras nuevas pero se sabía los éxitos de Roxette. “Estar de gira la hace sentir increíble, es como si estuviera en la más extraña rehabilitación del mundo”.

Marie contactó más tarde a Gessle para preguntarle si quería escribir otro álbum para Roxette. El dueto terminó produciendo tres más, además de una gira europea con localidades agotadas. Good Karma de 2016 fue su último disco.

Marie grabó también ocho álbumes como solista en sueco empezando por el estupendo Het Vind en 1984. Haciendo a un lado el valor sentimental que tuvo la música de Roxette como parte de la extraña banda sonora de mis años de formación, me queda claro que la mejor música de Marie Fredriksson fue la que fue grabando, en sueco, como solista, a lo largo de los años.

En el comunicado que emitieron sus representantes a nombre de su familia (su marido, el productor musical Mikael Bolyos y sus dos hijos, Josefin y Oscar) sólo se hace referencia a su lucha de 17 años contra el cáncer. Queda la despedida que le dedica Gessle: “Gracias por pintar mis canciones blanco y negro con los más hermosos colores”.

@rgarciamainou

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