Lectura 5:00 min
Desigualdad en el acceso a las TIC
En México la desigualdad económica y social es un lastre que también se refleja en el acceso inequitativo a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Un estudio reciente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), "La desigualdad y su impacto en el acceso a las tecnologías de la información", analiza esta problemática y sus consecuencias.
El documento revela datos preocupantes sobre la disparidad en el acceso a las TIC en las entidades y municipios de México. El informe, basado en la marginación y el acceso a dispositivos móviles, computadoras e Internet fijo, revela la brecha digital existente entre las diferentes regiones del país.
Los resultados contrastantes que arroja el estudio es que en 13 entidades de México con municipios con un grado de marginación muy alto, apenas 67% o menos de los hogares tienen acceso a un teléfono celular. Este sería el lado oscuro de la desigualdad y la falta de oportunidades.
Por el contrario, de las 31 entidades con municipios de un grado de marginación muy bajo, todas poseen más de 83% de hogares con acceso a un celular y tienen cobertura móvil. Este sería el lado luminoso del acceso a las tecnologías y sus beneficios.
La misma relación lineal -tanto negativa como positiva- ocurre con el acceso a computadora e Internet fijo.
Las regiones con un grado de marginación muy alto presentan los mayores desafíos, con un acceso limitado tanto a celulares como a computadoras e Internet fijo. En contraste, las entidades con menor marginación muestran un acceso más amplio a estas tecnologías, aunque incluso en los municipios favorecidos persisten disparidades.
El axioma es simple: la desigualdad económica y social se traduce en marginación y brecha digital en el acceso a tecnologías básicas como el móvil, la computadora y el Internet fijo.
Y es que en la era digital, el acceso a las TIC se ha convertido en un factor clave para el desarrollo social y económico de las naciones. Lo que resulta aún más preocupante son las consecuencias sociales de esa desigualdad digital que afectan a millones de personas.
El estudio del IFT coloca el reflector en el círculo vicioso de la desigualdad: la marginación en el acceso a las TIC refuerza y profundiza las disparidades existentes y limita las oportunidades de desarrollo de los sectores más marginados y desfavorecidos de la sociedad.
La falta de acceso a dispositivos e Internet tiene consecuencias significativas en la vida de las personas. En el ámbito educativo, los estudiantes que no tienen acceso a Internet tienen menos oportunidades de aprender, de tener éxito académico y de una educación de calidad. Cada vez más instituciones educativas y programas de capacitación se basan en el uso de herramientas digitales.
En el entorno laboral, las personas que no tienen acceso a Internet y adolecen de habilidades digitales, tienen menos oportunidades de encontrar trabajo y de mejorar sus conocimientos y perspectivas de vida. Muchas industrias y pymes requieren habilidades tecnológicas para acceder a empleos de calidad. Quienes carecen de acceso a las TIC se ven relegados a empleos informales y con menor remuneración.
El estudio del IFT documenta la desigualdad digital por la marginación tecnológica y destaca la importancia del acceso a las TIC e Internet en la vida de las personas y cómo la desigualdad económica y social puede afectar el acceso a esta herramienta fundamental. No es que no lo supiéramos: es importante demostrarlo empíricamente, insistir y repetir el mensaje.
Para abordar esta problemática, el documento es una invitación a promover la igualdad de acceso a las TIC y la implementación de políticas públicas inclusivas.
Es fundamental invertir en infraestructura de telecomunicaciones en las zonas rurales y marginadas del país y asegurar una cobertura móvil y acceso a Internet de calidad. Esto implica la expansión de todas las tecnologías a nuestro alcance como la red móvil, de fibra óptica y satelital y la implementación de programas de conectividad en áreas desatendidas.
Se deben implementar programas de acceso a dispositivos tecnológicos a precios asequibles para personas en situación de vulnerabilidad. Esto puede incluir subsidios que faciliten la adquisición de smartphones con acceso a Internet.
Las políticas públicas deben enfocarse cada vez más en promover la alfabetización digital y el desarrollo de habilidades tecnológicas. Esto puede lograrse a través de programas de capacitación y educación digital para personas de todas las edades, brindándoles las herramientas necesarias para aprovechar al máximo las TIC en sus actividades cotidianas.
Finalmente, se debe fomentar la producción de contenido digital diverso y relevante en diferentes formatos y en múltiples idiomas, considerando las necesidades de las comunidades marginadas. También el desarrollo de aplicaciones digitales para asegurar la disponibilidad de servicios públicos en línea, como trámites gubernamentales, acceso a la salud y la educación a distancia, para facilitar la inclusión y participación ciudadana.
La desigualdad digital en México es un desafío que requiere atención inmediata. Es obligación del Estado -entendido como la suma de los esfuerzos públicos, privados, sociales y académicos- de promover la igualdad de acceso a las TIC para todos los mexicanos mediante la implementación de políticas inclusivas, inversiones en infraestructura y programas de alfabetización digital.
Si México avanza hacia una sociedad digitalmente inclusiva y equitativa, también será un país más justo y próspero.
Twitter: @beltmondi