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Opinión

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El Pemex del segundo piso

Al menos al frente de esta empresa ya no habrá un agrónomo sino un doctor en Economía de la Energía.

El currículum de Víctor Rodríguez Padilla lo avala como un académico experto en temas energéticos, un técnico reconocido de la Universidad Nacional Autónoma de México, que sí tiene como, digamos, áreas de oportunidad, aprender cuestiones de alta dirección de empresas y de finanzas.

La clave de su contratación, por parte de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, la dio ella misma al presentarlo como alguien con quien siempre luchó por la defensa de los organismos públicos en contra de la privatización.

Entonces, se trata de un experto en temas energéticos que comulga plenamente con una visión estatista de las empresas energéticas, de esas que tuvo México a mediados del siglo pasado y de las que ya no hay muchas en el mundo contemporáneo.

Sí le faltan a Rodríguez Padilla conocimientos en materia financiera, se notó cuando hablaba de la deuda de Petróleos Mexicanos y confundía los cientos de millones de dólares con barriles de hidrocarburos.

Al menos quedó de manifiesto su deseo de trabajar muy de cerca con la Secretaría de Hacienda para tratar de sanear su complicada situación financiera.

Por lo demás, se mantiene el mismo discurso del sexenio que acaba, que ellos, los de la Cuarta Transformación, rescataron a Pemex de las políticas neoliberales, que la reforma energética sólo fue un plan con maña para privatizar a la petrolera y que todo es una confabulación de los medios de comunicación, incluido el New York Times.

En fin, en eso no cambia nada con respecto a lo que el agrónomo, elegido con criterios políticos y de amiguismo en este sexenio, repitió desde el primer día.

La dupla Sheinbaum-Rodríguez Padilla tiene al expresidente, Ernesto Zedillo, como su villano favorito en materia energética, lo que seguro habrá de expresarse varias veces a lo largo del sexenio.

Pero, al menos hasta este día, nada cambia con respecto a la visión estatista al estilo López Obrador.

Lo que sí podría cambiar y aparentemente de forma radical es una visión hacia las energías limpias.

Tuvieron que ser muy cuidadosos con la presentación para no parecer que rompían con el imperio del combustóleo y el carbón del gobierno que se va, pero ahora se habla de producir energía eólica, eólica off shore y energía solar, ¡en Pemex!

Por donde se le vea es mejor que al frente de Pemex haya un técnico experto en temas energéticos y no un agrónomo, que aun así se quedará a vivir del erario en otro lugar.

Con todo y la carga ideológica que mantendrá Pemex, adiós, Empresa Productiva del Estado, hola, Empresa Pública del Estado, siempre será mejor tener una buena noción de lo que se hace desde el principio.

Para tener éxito en los proyectos, nuevos y de continuidad que se plantean, necesitará el futuro director de Pemex sentar a un lado a expertos en gestión empresarial a los funcionarios de Hacienda que esperemos también sean cuidadosos en la transformación de la enorme deuda de la petrolera en deuda pública del Estado.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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