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Opinión

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El dilema de Marcelo

Ante la presión de los precandidatos, López Obrador decidió adelantar los tiempos de la sucesión presidencial dentro de Morena. El llamado a la unidad hecho por el presidente el viernes previo a la pachanga legislativa del Senado no tuvo eco en aquellos que saben que no hay forma de ganar el beneplácito del caudillo más que demostrándole que sólo uno de ellos es capaz de darle continuidad real a su proyecto y al mismo tiempo cuidarle las espaldas.

AMLO ha insistido en su preferencia por la “favorita”. Claudia Sheinbaum quien se ha placeado con este membrete por todo el país y reiterado una y otra vez que su propuesta es una calca total y absoluta de lo hecho por Andrés Manuel en estos años. Nadie ha sido tan leal y servil al tabasqueño como la jefa de gobierno de la CDMX. Ante esta realidad, un Ricardo Monreal derrotado en toda la línea por sus indecisiones tácticas, se presenta ya como una ficha de apoyo al candidato ganador de la contienda, sea éste el que decida el caudillo.

Y mientras Adán Augusto se sienta a observar el juego esperando que la suerte lo lleve de forma inesperada a sacarse la lotería, Marcelo Ebrard se juega el todo por el todo en una lucha que sabe tiene pocas posibilidades de triunfo, pero a la que está obligado a apostar todo su capital político. Para Marcelo no hay futuro. Someterse al mandato de Claudia es hoy una opción inadmisible. Su demanda por una encuesta limpia y transparente es el arma con la que pretende demostrarle a su jefe que él es la mejor alternativa para mantener viva la 4T con un nuevo estilo y forma.

Hasta ahora el mensaje radical del presidente va en sentido contrario a la estrategia del canciller. Su rechazo abierto a los moderados y su admiración por los extremos saca a Ebrard de la jugada. Únicamente un escenario internacional complejo, principalmente en lo que atañe a la relación de México con los Estados Unidos, podría obligarlo a cambiar su forma de ver la realidad.

El dilema de Marcelo se plantea en términos de una decisión a tomar de manera rápida en los meses próximos. Alargar los tiempos lo más posible para forzar una encuesta en condiciones favorables para demostrar su superioridad sobre Claudia, o preparar el terreno en el marco de una ruptura que hoy se antoja imposible y que Ebrard tiene que negar rotundamente por razones obvias.

Marcelo se está jugando su objetivo de vida desde hace ya mucho tiempo: la Presidencia de la República y la instrumentación de un programa político que difiere de manera sustancial de lo que López Obrador ha hecho en este sexenio. Es el momento de decidir Marcelo, porque ya no hay otra oportunidad.

Ezra Shabot Askenazi es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Analista político y catedrático universitario con 22 años de trayectoria en la UNAM. Como académico ha sido jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Jefe de Planeación Académica en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

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