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El verdadero valor del litio mexicano
A partir de la siguiente década, las baterías de ion de litio se convertirán en el corazón del mundo eléctrico.
Mucho se ha hablado del litio en México, tras el descubrimiento del yacimiento más grande del mundo de este mineral, en Bacadéhuachi, Sonora, que tiene reservas por 243.8 millones de toneladas del metal, conocido como “el petróleo del futuro”.
Por su versatilidad y propiedades, el litio se ha incorporado como un elemento indispensable para dar vida a diversos dispositivos, como los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles, pero a partir de la siguiente década —ante su inminente fusión con las energías renovables, en especial, la fotovoltaica— las baterías de ion de litio se convertirán en el corazón del mundo eléctrico, pues darán impulso a vehículos, fábricas, empresas y hogares con energía limpia.
Actualmente, hay extracción de litio en todo el mundo, pero más de 50% de las reservas globales se encuentra en el “triángulo del litio”, en el Altiplano andino de Chile, Argentina y Bolivia. A estas reservas le siguen las de Australia y China, con 14 y 8%, respectivamente. De estos países, únicamente China apostó a desarrollarse en todos los segmentos de la cadena de valor del almacenamiento y la energía, por lo que dominarán el mercado.
En el nuevo paradigma energético renovable, los minerales para la producción de baterías se han convertido en el nuevo petróleo, mientras que las cadenas de suministro para su fabricación son las nuevas tuberías y contenedores. Cinco rubros componen esta cadena de valor —minería, producción química, producción de cátodos, fabricación de células para baterías y manufactura de dispositivos— donde el acceso al litio es el factor determinante para ser competitivos.
La viabilidad para producir baterías requiere conocimiento, acceso a materias primas clave y la generación de economías a escala. Hasta ahora, sólo Tesla y BYD, los mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo, han podido diseñar sus propias baterías gracias a la alianza con empresas internacionales especializadas. El resto de los productores mundiales de vehículos eléctricos y de dispositivos, que necesitan baterías de ion de litio para su funcionamiento, son dependientes totales de proveedores externos de este bien.
Gracias a la creciente producción de automóviles eléctricos a nivel mundial, los precios de las baterías de ion de litio han descendido 87%, al pasar de 1,100 dólares por kWh en el 2010 a 156 dólares por kWh en el 2019. La continua caída de los precios y un mejor desempeño por el avance tecnológico abrirán nuevos mercados. En el 2030, pronostica el World Economic Forum, las ganancias de la cadena de valor de las baterías de ion de litio serán de 300,000 millones de dólares; los vehículos eléctricos y los sistemas de almacenamiento de energía liderarán el mercado.
Por todo esto, el verdadero valor del litio mexicano no está en su extracción para su posterior exportación. Hacer esto nos colocaría exactamente en el mismo error que cometimos hace 60 años cuando, siendo un país rico en petróleo, apostamos por el eslabón más débil de la cadena de valor de esta industria (extracción) y no por el componente de mayor valor (gasolina), lo que nos convirtió en un importador neto de este hidrocarburo, para luego atar nuestro desarrollo a una industria que está destinada a desaparecer en este siglo.
México es el único país del mundo que tiene, en abundancia, los tres elementos necesarios para emprender con éxito la actual transición energética: el litio, la mejor irradiación solar del planeta y la fuerza de nuestra industria electrónica. Sólo nos hace falta la voluntad y visión política que permita a los tres niveles de gobierno, a industrias, empresas y hogares, convertir a México en una potencia solar.
El primer paso lo daremos en Solar Power México, el evento líder para la industria fotovoltaica en el país, a celebrarse del 24 al 26 de marzo del 2020 en el Centro Citibanamex de la CDMX.
Para más información visita nuestra página: https://www.hfmexico.mx/solarpowermexico/
*El autor es director de Solar Power México.